La peregrinación de la Cruz de la JMJ, una odisea australiana

Un libro relata el evento que cambió las vidas de miles de jóvenes

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SYDNEY, viernes, 6 noviembre 2009 (ZENIT.org).- De julio de 2007 a julio de 2008, el padre Chris Ryan mgl, se responsabilizó de la Cruz y el Icono de la Jornada Mundial de la Juventud y participó en la extraordinaria peregrinación por toda Australia.
 
En esos doce meses –informa Xt3.com–, la Cruz y el Icono visitaron más de cuatrocientas comunidades australianas y fueron vistos por más de medio millón de jóvenes. Sus desplazamientos incluyeron visitas a apreciados lugares como Barrier Reef, Uluru y la Casa del Parlamento, así como a pequeñas ciudades regionales, polvorientas aldeas y ciudades y centros en todo estado y territorio del país.
 
En una peregrinación conducida y planificada por el padre Chris, la Cruz y el Icono fueron transportados en bote, carreteras y tren. Pero el modo más común de transporte fue sobre los hombros de los peregrinos que orgullosamente proclamaban su fe y llevaron los santos símbolos a través de las calles de las ciudades o distritos donde vivían.
 
“Dondequiera que íbamos, la gente de toda Australia habló una y otra vez de la Cruz casi como si fuera una persona, como si fuera más que una simple pieza de madera”, dijo el padre Chris, que cree que era más que meramente atribuir personalidad a un objeto inanimado sino más bien un reconocimiento del profundo simbolismo de la Cruz de la JMJ y el potente modo con el que conectó a la juventud con Jesús y con su fe.
 
“La Cruz tuvo un impacto indeleble en miles de personas en toda Australia y su historia era definitivamente parte de su poder pero hubo también profundas razones para hacerlo con fe y el corazón”, afirma.
 
Ahora, un año después de que finalizara su increíble odisea, el padre Chris ha escrito sobre su experiencia que no sólo cambió las vidas de miles de jóvenes sino que cambió su propia vida, profundizando y fortaleciendo su fe.
 
“In the Light of the Cross”, el libro que acaba de publicar el padre Chris (St Paul’s Publications), relata vívidamente el viaje de la Cruz y el Icono a lo largo de Australia y la alegría y entusiasmo con los que fueron recibidos por los jóvene de todas partes. Pero el padre Chris va más allá, de manera que el libro es más que un relato de viajes y se convierte en una reflexión sobre el impacto de estos símbolos en Australia y el legado que dejaron a su paso.
 
El padre Chris discretamente entreteje no sólo la historia de Australia con la más larga historia de la Iglesia y el Cristianismo sino el alegre derramamiento del Espíritu Santo durante la Jornada Mundial de la Juventud y del amor de Dios en la vida de cada día.
 
“Esto es escribir Evangelio –dijo el arzobispo de Canberra y Goulburn Mark Coleridge, alabando el libro como “notable logro”.
 
El obispo auxiliar Anthony Fisher op, coordinador de la JMJ08, va incluso más allá y afirma: “Más que una recolección de historias de la carretera e instantáneas de vacaciones, este libro entrelaza historias del viaje de la Cruz con las verdades de la fe católica para iluminar a cada peregrino hacia Dios”.
 
La conexión del padre Chris con la Cruz de la JMJ sin embargo tiene detrás mucho más que la JMJ08 y sus viajes a través de Australia.
 
“En 1992, yo tenía 17 años, vivía en casa en Camberra con mi familia y había terminado el curso 12. Estaba implicado en la preparación de un evento con una gran cruz de madera que se nos dijo que venía del Papa, recuerda con una sonrisa. “Fue anunciada como una visita de la Cruz de los Jóvenes papal y había otros detalles”.
 
La Cruz de la JMJ hacía su primera visita a Australia y no era todavía conocida como la Cruz de la Jornada Mundial de la Juventud. Pero fue un encuentro que nunca olvidó, especialmente porque la visita coincidió con la ordenación del primer sacerdote de los Misioneros del Amor de Dios, el padre Steve Tynan, en cuya tercera misa el adolescente Chris dió un breve testimonio sobre su propio viaje de fe.
 
Catorce años después, y ahora sacerdote de los Misioneros del Amor de Dios, el padre Chris se encontró ante la basílica de San Pedro en Roma como parte de la ceremonia de entrega de la Cruz y el Icono por una delegación de jóvenes de Alemania al grupo de Australia que el guiaba a la JMJ08.
 
La Cruz y el Icono llegaron a Australia varios meses después tras viajar a través de África y otros países en su largo viaje a la región australiana. A su llegada a Sydney, el padre Chris dice que más de ocho mil personas le dieron la bienvenida.
 
“Fue la mayor concentración de ese año”, afirma todavía emocionado por la memoria y el entusiasmo que acogió el inicio de las celebraciones de la JMJ en Australia. Lo que siguió fue un viaje de doce meses a través de Australia culminando con el inicio de la JMJ08 en Sydney, la llegada del Santo Padre Benedicto XVI, las multitudinarias misas al aire libre, y el conmovedor Via Crucis a través de las calles desde Sydney a  Barangaroo.
 
“Como todas las peregrinaciones de fe, el viaje con la Cruz y el Icono fue una búsqueda de la luz”, afirma. Y para todos los implicados, la luz que iluminaba el camino era la luz de la Cruz.
 
Para más información sobre el libro en inglés: http://www.stpauls.com.au/.
 
Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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