JERUSALÉN, 1 julio 2003 (ZENIT.org).- De acuerdo con el custodio franciscano de la Basílica de la Natividad en Belén, el padre Ibrahim Faltas, la retirada del ejército israelí de la ciudad desde el próximo miércoles es un motivo de gran esperanza para la población y para la aplicación de la «Hoja de Ruta».
Fue el ministro de la seguridad interior palestina, Mohammed Dahlan, quien hizo el anuncio, según recoge la agencia «Sir».
La «Hoja de Ruta» –«Road Map»–, patrocinada por Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y la ONU, tiene, entre otros objetivos, la declaración de la soberanía del Estado palestino.
La población de Belén, en una situación extrema –el desempleo ya alcanza el 85%–, ha acogido la noticia de la retirada militar con alivio, describe el padre Faltas, uno de los protagonistas del asedio de la Basílica de la Natividad en 2002 por parte de las tropas israelíes.
La retirada, «junto a la tregua, que esperamos que dure más de tres meses, podría volver a poner en marcha alguna recuperación, incluso económica, llevando también grupos de peregrinos a los Santos Lugares», sugirió el religioso.
«Los Santos Lugares son seguros y se pueden visitar sin problemas –afirmó el padre Faltas–. La Gruta de Belén espera a los peregrinos. Representaría una gran esperanza para toda la población».
Es un llamamiento que comparte el padre Giovanni Battistelli, Custodio de Tierra Santa, quien se declara «tímidamente confiado» por esta tregua.
Con todo, «la gran confianza que los palestinos ponen en Abu Mazen –añadió— permite tener esperanza en el futuro, también por el empeño de la diplomacia internacional».
En este momento, la retirada israelí del norte de la franja de Gaza y la tregua declarada por las facciones palestinas constituyen los primeros pasos de un escalonado y largo proceso de pacificación que, de tener éxito, culminaría con la aplicación de la «Hoja de Ruta».
