La pobreza y la inmigración en el Primer Mundo, preocupación eclesial

230 representantes de parroquias europeas se reunieron en Gerona (España)

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GERONA, 19 julio 2001 (ZENIT.org).- Miembros activos de las parroquias de unos veinte países europeos se reunieron en Gerona (España) del 8 al 13 de julio, para analizar el papel de las parroquias ante los nuevos retos de la sociedad, como las nuevas bolsas de pobreza del Primer Mundo o el fenómeno de la inmigración.

Después de recorrer a grandes rasgos los capítulos principales de la historia de la religión católica, el obispo de Girona, Jaume Camprodon, reconoció en la inauguración del encuentro que «la Iglesia ha perdido poder y peso social», haciendo referencia a Europa. «Sin embargo -añadió-, una vez asumido esto, se descubre la fuerza del espíritu».

Antes de desear un «buen trabajo» a los participantes, Camprodon recordó los profundos cambios sociales que han marcado el país, desde las primeros indicios en el siglo III de la existencia de la Iglesia en Girona, hasta la actual apertura europea.

Camprodon aseguró que «la Iglesia no vive en las nubes», y ha encontrado su puesto en la actual sociedad. Una sociedad, por cierto, que convive también con el efecto de la inmigración, sobre todo desde los años ochenta.

Este factor fue analizado por Camprodon «como un cambio social que nos permite demostrar nuestra solidaridad». Estas palabras llegaron después de un aplauso a Josep Maria Vidal, mosén de la iglesia del Pi, que permitió a los inmigrantes encerrarse en ella durante varias semanas como señal de protesta.

Estos coloquios se iniciaron, por iniciativa del sacerdote François Conan, quien, intuyendo los aires renovadores del Concilio Vaticano II, decidió crear un encuentro europeo de parroquias, para analizar el papel de estas entidades que vertebran el cristianismo en el continente.

De todas las ediciones realizadas hasta ahora, España fue sede del congreso en dos ocasiones sin contar la actual; en Barcelona en 1967 y en Tarragona en 1985.

En 1973 se inició la participación de laicos, que actualmente componen el grupo más numeroso de asistentes. Los católicos son mayoría, pero también se cuenta con la participación de anglicanos, que ayudan a enriquecer los debates y foros organizados.

El diálogo y la convivencia entre los 230 participantes ha sido uno de los motivos de mayor satisfacción de esta 21 edición del Coloquio Europeo de Parroquias.

El Banco Mundial, el FMI y el G-8, los ocho países más ricos del mundo, no escaparon a la atención de este encuentro, cuando el teólogo Gaspar Mora arremetió contra la globalización y por «la utopía de crear un mundo igualitario». El fin de fiesta del coloquio de parroquias fue la peregrinación, que se realizó el viernes a la abadía de Montserrat, donde el abad Josep Maria Soler recibió a los participantes.

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ZENIT Staff

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