La polémica mezquita de Nazaret comienza sus obras

Protesta ante el gobierno israelí de la Custodia de Tierra Santa

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JERUSALÉN, 14 noviembre 2001 (ZENIT.org).- A inicios de esta semana se han comenzado a excavar los cimientos de la mezquita que un grupo extremista musulmán se propone construir ante la Basílica de la Anunciación, en Nazaret.

En una toma de posición oficial, difundida a través de la agencia misionera Fides, la Custodia de Tierra Santa deplora la decisión del gobierno israelí de autorizar el inicio de los trabajos y pide la revocación inmediata del permiso de construcción.

El documento, firmado por el portavoz de la Custodia, el padre David Jaeger, afirma: «Esta iniciativa está procediendo en el desprecio total de los sentimientos y de las súplicas expresadas en todo el mundo por la comunidad cristiana».

El texto recuerda que no sólo los líderes cristianos de todo el mundo han pedido con insistencia al gobierno israelí la prohibición de la construcción de esta mezquita, sino que se han asumido esta posición incluso representantes musulmanes, como el presidente palestino Yasser Arafat, y el imán Hussein Tantawi, jeque egipcio de Al-Azhar.

La mezquita, de hecho, no obedece a necesidades religiosas de la comunidad islámica de Nazaret, que ya cuenta con lugares de culto, sino a los intereses de un grupo fundamentalista local.

El 4 de abril de 1999, mientras los católicos celebraban la Pascua y los ortodoxos el Domingo de Ramos, en la Basílica de la Anunciación en Nazaret, miembros de este grupo protagonizaron ataques contra cristianos, que resultaron heridos. Otros atropellos, como la destrucción de tiendas, se han registrado desde 1998.

La Custodia de Tierra Santa recuerda en el comunicado «Un tribunal israelí se ha pronunciado ya declarando que el terreno (en el que se quiere edificar la mezquita) es del Ayuntamiento y que las peticiones de los extremistas son infundadas. No obstante, el gobierno ha decidido igualmente concederlo a los extremistas».

«La construcción de una mezquita pondrá a este lugar santo en estado de asedio permanente y de enfrentamientos de los elementos más radicales», añade el padre Jaeger.

Y concluye: «Es difícil no sospechar que lo que estamos viendo es un intento cínico de aprovecharse de la actual situación internacional, como las dramáticas condiciones de Tierra Santa, para realizar furtivamente este dañino plan».

Nazaret, aunque es una ciudad en la que viven sobre todo musulmanes y cristianos (muchos de estos últimos la están abandonando a causa de la difícil situación), se encuentra en territorio israelí.

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ZENIT Staff

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