«La puerta sigue abierta» para que el Papa viaje a México

Afirma el nuncio apostólico, monseñor Giuseppe Bertello

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MÉXICO, miércoles, 19 mayo 2004 (ZENIT.org).- El nuncio apostólico de México, monseñor Giuseppe Bertello, señaló que «la puerta sigue abierta» para que el Papa Juan Pablo ll asista al Congreso Eucarístico Internacional, a celebrarse el mes de octubre en Guadalajara, con la que sería la sexta ocasión que el Pontífice tocara suelo mexicano.

El arzobispo reiteró que la posibilidad de que venga a México Juan Pablo II, «no se ha cerrado, pues su asistencia al Congreso Eucarístico Internacional dependerá de su estado de salud, por lo que su viaje se determinará unos días antes del inicio de ese encuentro al que nunca ha faltado».

El nuncio apostólico hizo sus revelaciones durante la presentación del libro «¡Levantaos! ¡Vamos!» con la que el gobierno mexicano y la Iglesia católica celebraron el cumpleaños 84 del Papa.

En este acto, inusitado en los cánones políticos mexicanos, el subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Armando Salinas Torre, sostuvo que el libro es «una lectura obligada para muchos mexicanos en momentos tan complicados» por los que pasa el país; momento de impasse político y de descalificaciones mutuas entre los principales actores políticos de México.

La presentación en México del segundo tomo de las memorias del Papa –el anterior fue «Don y Misterio»– corrió a cargo del obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, Rogelio Esquivel quien recordó algunos pasajes del libro en los que Juan Pablo ll recalca su relación con México y con la Virgen de Guadalupe.

Monseñor Esquivel recordó que en su primer viaje apostólico –que fue a México– el Papa quiso estar a los pies de la Virgen de Guadalupe para ofrendarle su pontificado.

También hace énfasis el Papa en detalles de cuánta gente lo recibió y que cuando iba a pernoctar la gente seguía cantando. A media noche, tuvo que salir su secretario particular, monseñor Stanislaw Dziwisz para decirles que el Papa tenía que dormir y sólo así se calmaron.

A continuación citó una confesión del Papa sobre el viaje a México, su conexión con Polonia, su devoción mariana y el curso de su labor pastoral: «recuerdo que interpreté el viaje a México como un ‘salvoconducto’ que podría abrirme camino a la peregrinación a Polonia. Pensé que los comunistas de Polonia no podían negarme el permiso de entrada, después de haber sido recibido en un País con una constitución totalmente laica, como la del México de entonces. Quería trasladarme a Polonia, y esto se pudo realizar en junio del mismo año. Guadalupe, el Santuario más grande de América, es para aquel continente, lo que Czestochowa es para Polonia».

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ZENIT Staff

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