La reconciliación en Corea, deseo de gran parte de la población

Habla el nuevo director de las OMP en Corea del Sur

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SEÚL, 24 diciembre 2002 (ZENIT.org).- La Iglesia católica está entre los pocos que trabajan para mejorar las relaciones y reconciliar las dos Coreas, una perspectiva que comparte gran parte de la población coreana, especialmente los jóvenes.

Sobre la situación actual y las posibilidades de futuro de esta nación dividida, habló a la Agencia Fides el nuevo director de las Obras Misionales Pontificias en Corea del Sur, el padre Thomas Tcha Wonsong.

«Sólo son reacios a la unidad –explicó el padre Thomas– los más ancianos, a causa de las heridas sufridas, y los ricos, por las repercusiones económicas».

«Tras la guerra de Corea, más de 10 millones de personas emigraron del norte al sur, creando el drama de las familias divididas, que persiste», relató el sacerdote de origen norcoreano.

De hecho, él mismo tiene aún a su padre, un hermano y una hermana en Corea del Norte. Junto a sus hermanos, hizo gestiones con Cruz Roja y el gobierno surcoreano para encontrarse con sus familiares. A pesar de estar en lista de espera –entre dos millones de personas–, no pierden la esperanza.

Del Norte se perciben síntomas de apertura desde el 2000, año del histórico encuentro entre los líderes. Por otro lado, «el pueblo del Sur es favorable a la unidad. Somos un único pueblo», constata.

La Iglesia en Corea enfrenta también el desafío de una nueva evangelización, destacó el padre Thomas: «Muchos sacerdotes y laicos se han dirigido al Norte».

Asimismo, conscientes de la situación de los habitantes del Norte, «dos veces al año, organizamos recogidas de fondos para asistir a la población que sufre hambre y pobreza allí», concluye el padre Thomas subrayando el papel de Cáritas en este empeño.

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ZENIT Staff

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