La religión se pone de moda en China, constata un congreso en Roma

ROMA, lunes, 19 marzo 2007 (ZENIT.org).- La represión no está impidiendo el que la religión se ponga de moda incluso entre los cuadros del Partido Comunista en China, constató un Congreso celebrado en Roma.

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La situación de la libertad religiosa en la República Popular China fue presentada en la conferencia «The Religious Dimension of Human Freedom» (La dimensión religiosa de la libertad humana), organizada por el Instituto Acton, el 14 de marzo, en la Universidad Pontificia Santa Cruz de Roma.

Presentaron la situación china Raphaela Maria Schmid, profesora de Filosofía en la Universidad Pontificia Gregoriana, y el padre Bernardo Cervellera, misionero del Instituto Pontificio para las Misiones extranjeras (PIME) y director de la agencia de noticias AsiaNews.it.

Sobre el tema de culto en el gran país asiático, la profesora Schmid subrayó que «hoy la libertad religiosa en China es parcial y condicionada» por el control estatal.

El Gobierno chino permite la práctica religiosa en el país sólo con personal reconocido y en lugares registrados en la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo control de la Asociación Patriótica, cuyo estatuto prevé la creación de una Iglesia nacional, separada de la Santa Sede.

«La llamada ‘iglesia patriótica’ actúa por tanto con autonomía, incluso doctrinal, del Vaticano», mientras «al contrario, los católicos fieles al Papa, viven en total clandestinidad», añadió Schmid.

«Los signos positivos de los últimos años –añadió la estudiosa– son el progresivo acercamiento entre la iglesia patriótica y la Iglesia de Roma y el interés cada vez mayor, entre las élites intelectuales, hacia el tema religioso».

El padre Cervellera, por su parte, ilustró este último punto y se dijo «optimista ante el futuro de la Iglesia china».

Basado en su experiencia sobre el terreno, delineó un escenario social, político y económico cargado de contradicciones y ambigüedades: «La China de los éxitos económicos está marcada (en la óptica del régimen comunista) por un gran ‘fracaso’: el renacer religioso».

«Según las estadísticas gubernamentales, entre los cuadros del partido único hay nada menos que doce millones de personas ligadas a alguna organización religiosa, de los que cinco millones en modo convencido y regular», reveló.

«Los 300 millones (100 millones según los datos oficiales) de creyentes en todo el país son un auténtico ‘fracaso’ para el régimen», aclaró.

«El dato confortante es que este renacer implica sobre todo a las jóvenes generaciones y las personas de menos de 30 años», aclaró.

«El fenómeno, como se ha dicho implica mucho a la élite y a las franjas de población más cultas y esto desmiente definitivamente el mito de la religión ‘oscurantista’», concluyó el padre Cervellera.

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ZENIT Staff

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