La religión y la campaña electoral en Estados Unidos

Hace tiempo que los candidatos presidenciales en Estados Unidos tocan el

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tema de su fe personal y las cuestiones religiosas. A veces la religión
ha sido causa de controversia, como en el caso de George Bush cuando le
criticaron por su discurso en una universidad protestante muy hostil a la Iglesia católica.

Lieberman: da testimonio de su fe judía

Últimamente la cuestión religiosa ha vuelto a entrar en la campaña en torno
al candidato demócrata para vicepresidente, el senador Joseph I. Lieberman,
judío ortodoxo practicante. Poco después de ser nombrado candidato, Lieberman realizó declaraciones en las que defendió su fe personal como algo importante en la vida política y además pidió un papel de mayor
importancia para la religión en la vida pública.

Como observó el «New York Times» (1/9/00), las afirmaciones del candidato
demócrata iniciaron un debate sobre un viejo tema en la vida pública norteamericana: la separación de Iglesia y Estado. Algunos, incluso organizaciones judías como la Liga contra la Difamación, mantuvieron que
el senador había ido demasiado lejos en sus comentarios. El director de la Liga, Abraham Foxman, acusó a Lieberman, y también a los republicanos, de intentar conseguir votos a base de promover que son creyentes.

El candidato al cargo de vicepresidente había declarado que hacía falta
renovar la dedicación del país y de los ciudadanos a Dios y a los fines
de Dios. Asimismo, aunque reconoció la separación constitucional de Iglesia
y Estado, insistía en que debía haber un lugar en la vida pública para la fe.

El senador respondió a las críticas en una entrevista con el «San Francisco
Chronicle» (30/8/00) en la cual sostuvo que no iba a dejar los temas de la fe y su incidencia en la política. El candidato observó que la fe es una fuente de buenas obras y que debe ser respetada.

Como comentó el «New York Times» (2/9/00), muchos cristianos defendieron a Lieberman apuntando que ellos decían las mismas cosas desde hace años y que
también habían sido objeto de críticas. Forest Montgomery, de la Asociación
Nacional de Evangélicos, explicó que su grupo está muy satisfecho con
los comentarios del senador.

Sin embargo el periódico añadió que quizá la posición del candidato
demócrata será más aceptable que el mensaje de los cristianos
conservadores, porque Lieberman presenta un tipo de fe calculada para
atraer a todos y no trata de discutir cuestiones controvertidas, como el
aborto. Lieberman intenta más bien promover un tipo de fe cívica que
puede ayudar a la vida pública sin causar divisiones. Probablemente por ello
algunos cristianos y grupos pro-vida han acusado al senador de
hipocresía, observando que ha votado a favor del aborto en muchas ocasiones.

Bush: un cristiano en la política

El candidato republicano para la presidencia también se propone como
alguien con una fe personal que influye en su política. Esa cuestión fue
examinada en un largo estudio publicado por el «Washington Post»
(24/7/00).
El periódico citaba a amigos de Bush quienes afirmaban que desde hace
quince años el candidato ha hablado de la importancia de sus creencias
para
su vida personal.

En los pasados años el candidato republicano ha hecho muy buenas
relaciones
con los protestantes evangélicos. En Texas él y su familia asisten a una
iglesia metodista, aunque cuando era joven acudía a un templo
protestante
con su familia. Al principio de su vida adulta Bush no tomó muy en serio
su
fe, pero hubo un cambio a partir de 1985, cuando comenzó un curso de
estudios bíblicos.

Desde hace años Bush ha cultivado el trato con los líderes protestantes
conservadores y durante su período de gobernador de Texas ha obtenido el
apoyo de éstos, debido a actos tales como la promoción de los programas
cristianos de tratamiento de drogadictos. Hace varios meses, cuando en
un
programa le preguntaron quién era su filósofo favorito, Bush respondió
que
era Jesús. Sin embargo desde entonces no ha hablado mucho en sus
discursos
de su fe o del papel de la religión en la política.

Los problemas con los tribunales

Aunque en Estados Unidos los políticos pueden hablar abiertamente de su
fe,
en cierta forma ignorada en otros países en donde los cristianos forman
la
mayor parte de la población, existe el problema de la Constitución y su
interpretación por los tribunales. Es irónico que en uno de los países
del
mundo en el que más personas se declaran creyentes y asisten
regularmente a
las iglesias, con frecuencia cualquier tipo de ejercicio público de la
fe
está prohibido por razones legales.

Un caso reciente fue la decisión del pasado 28 de agosto del tribunal
pleno, doce jueces, de la corte de segunda instancia del tercer circuito
federal. Según informó «Legal Facts» (14/9/00), se decidió a favor de la
determinación del tribunal inferior de prohibir la lectura por parte de
un
alumno de un pasaje de la Sagrada Escritura. Se afirmó que aunque hubo
una
discriminación contra el derecho a hablar sobre temas de religión, por
otra
parte, dado que alguien podría interpretar la lectura como el
establecimiento de una religión, la escuela tenía derecho a impedirlo.

El caso se originó cuando a Zachary Hood, un estudiante de primer año de
primaria del «Haines Elementary School» de Medford, New Jersey, le fue
permitido leer su cuento preferido a la clase como premio por haber
alcanzado un buen nivel en la lectura en público. Cuando Zachary escogió
un
pasaje del Viejo Testamento, el maestro le indicó que no lo podría leer.
Tanto el profesor como las autoridades escolares opinaron que la lectura
de
la Biblia podría interpretarse como el apoyo a favor del cristianismo.

Poco tiempo antes, la Corte Suprema reafirmó un juicio de los tribunales
que declaró como violación de la Constitución un acto de oración previo
al
comienzo de los eventos deportivos de los colegios. Según comunicó el
«New
York Times» (20/7/00), el hecho de rezar en los partidos de fútbol de
las
escuelas no se puede permitir aún cuando la asistencia a los eventos es
voluntaria y la decisión de orar parte de los propios alumnos.

Según el dictamen de la mayoría de los miembros de la Corte Suprema, tal
acontecimiento sería una coacción hacia los presentes a participar en un
acto religioso. El caso empezó en una escuela de Texas y el gobernador
George Bush había sometido al tribunal un testimonio a favor de permitir
las oraciones antes de los juegos.

Otro caso reciente fue la decisión de un juez federal de prohibir,
mientras
se considera el asunto en los tribunales, al estado de Indiana erigir un
monumento a los Diez Mandamientos en los jardines de la legislatura.

Según informó el «Washington Post» (30/7/00), el pasado 1 de julio entró
en
vigor una ley en Indiana que permite a las escuelas y oficinas del
Estado
exhibir los Diez Mandamientos dentro del contexto de un monumento que
incluya la Carta de los Derechos y el preámbulo de la Constitución de
Indiana. Los legisladores pensaron que así evitarían los problemas
legales.
Sin embargo el juez no fue de la misma opinión y declaró que el
monumento
equivale a promover una religión.
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Contenido provisto por SEMANA INTERNACIONAL
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ZENIT Staff

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