La responsabilidad social de la empresa en Latinoamérica, a examen

En un encuentro de obispos y empresarios de la región

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AGUASCALIENTES, 17 octubre 2003 (ZENIT.org).- Obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), sacerdotes y empresarios cristianos de la Unión Internacional de Dirigentes de Empresa Cristianos en Latinoamérica se reunieron del 30 de septiembre al 2 de octubre en Aguascalientes (México) en un simposio orientado a entender y superar el impacto de la globalización.

Esta VII Conferencia –la reunión se convoca cada dos años— se organizó conjuntamente por el CELAM y UNIAPAC-Latinoamérica, con el apoyo de la Unión Social de Empresarios de México (USEM).

La finalidad de este encuentro es establecer un diálogo entre la jerarquía de la Iglesia Católica y los empresarios miembros de la UNIAPAC para que cada cual, desde el lugar que le corresponde en la sociedad, contribuya con sus propuestas para el bien de América Latina.

El encuentro se centró en descubrir cuál es la responsabilidad social de la empresa en América Latina a fin de entender y superar el impacto de la globalización sobre los países de la región.

Presentamos a continuación el documento final de dicha Conferencia.

* * *

CELAM – UNIAPAC

DECLARACIÓN DE AGUASCALIENTES

Durante los días 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre de este año 2003, un grupo de Obispos del CELAM, Sacerdotes y Empresarios Cristianos de UNIAPAC Latinoamericana, procedentes de Argentina, Brasil, Costa Rica, México y Uruguay nos hemos reunido en la ciudad de Aguascalientes, México.
<br> A lo largo de estos días de encuentro, oración, reflexión y diálogo nos hemos propuesto descubrir y compartir unos con otros cuál es la responsabilidad social de la empresa en América Latina buscando, de este modo, entender y superar el impacto de la globalización sobre nuestros países.

Algunas de nuestras constataciones como punto de partida

1. A fin de identificar mejor nuestra situación, hemos comparado a América Latina con los países desarrollados del primer mundo. Las cifras -siempre frías pero exactas- muestran que nuestro sufrido Continente padece graves y trágicos contrastes. Se destaca nuestra pobreza, la mayor mortalidad infantil, la más menguada esperanza de vida, nuestras dificultades para competir agravadas por el proteccionismo y los subsidios de los países desarrollados, el peso de la deuda externa. Estas situaciones -y otras más- agravan frecuentemente nuestra convivencia social y desafían duramente nuestra esperanza.

2. Vivimos en verdad un cambio de época. Aparece una nueva sensibilidad cultural con sus ambigüedades y escasas claridades. Surgen -es cierto- tendencias favorables al reconocimiento de la dignidad de la persona humana y a la globalización de la solidaridad, pero coexisten con dificultad con atentados diversos, a mayor o menor escala, a los Derechos Humanos. La globalización -que imprime en nuestros países su huella de significado incierto- se convierte en un arduo desafío que requiere de nosotros un trato y una respuesta acertados.

3. Desde esta compleja situación cultural, política, religiosa y socio-económica, proponemos como una alternativa posible y valiosa desde el mundo empresarial -que no es desde luego la única- promover la responsabilidad social de la empresa y del empresario para enfrentar saludablemente las incertidumbres de los tiempos que nos toca vivir responsablemente y alentar la esperanza debilitada de nuestros pueblos.

La responsabilidad social de la empresa

4. Entendemos que proponer como alternativa de cambio la responsabilidad social de la empresa no es una frívola y pasajera cuestión “de moda” o un asunto de persuasivo pero engañoso marketing. Decididamente es para nosotros una necesidad urgente, una cuestión de responsabilidad, una leal y honrada estrategia empresarial.

5. Nuestra propuesta se apoya en estas convicciones que compartimos:

— La organización empresarial es uno de los agentes más dinámicos e influyentes en la sociedad, de influencia realmente planetaria. La empresa, como organismo vivo, es un factor determinante de la transformación de la sociedad.

— A la par que la familia y que la escuela, la empresa es también un ámbito de crecimiento humano, de creación y anticipación de futuro para quienes trabajan diariamente en ella. Es una escuela de compartir.

— El horizonte de la empresa no se clausura con la prestación de bienes y servicios a la comunidad, sino que se extiende a algo más: a asumir lúcidamente una identidad social que la capacite para pensar y para actuar éticamente, tanto en su ámbito empresarial interno como fuera del mismo.

— El crecimiento de la ética empresarial provocara una nueva mentalidad y una manera nueva del quehacer empresarial que revitalizará y consolidará -además- la ética ciudadana.

Exigencias de la responsabilidad social de la empresa

6. Buscar y definir acertadamente la propia identidad empresarial, tal como la empresa quiere ser reconocida interna y exteriormente como ética y socialmente responsable.

7. Identificar con exactitud y desde la afectuosa cercanía a todos los agentes sociales tanto internos como externos, que tienen interés en la vida de la empresa.

8. Definir y acordar conjuntamente con ellos, los rasgos éticos que han de fermentar y dar sentido y dar sentido a la responsabilidad social de la empresa, inspirándose en los valores de la Doctrina Social de la Iglesia.

9. Mantener la formación permanente de los agentes de la empresa en la Doctrina Social de la Iglesia desde una constante lectura y discernimiento de la realidad iluminados por la Palabra de Dios leída, contemplada, hecha oración y vida.

10. Utilizar estrategias empresariales adecuadas para iniciar y mantener el proceso -siempre dinámico- de crear una expresa responsable socialmente.

El trabajo de Obispos y Empresarios a favor de la responsabilidad social de la empresa

11. Crear espacios habituales de conocimiento, de reflexión y diálogo -tanto a nivel continental como nacional o regional- entre Obispos y Empresarios cristianos a fin de llevar a cabo la misión común de la Nueva Evangelización, desde sus compromisos pastorales diversos pero complementarios, apostando unos y otros por la responsabilidad social de la empresa.

12. Asumir como urgencia pastoral la evangelización de los agentes del mundo empresarial, dada la incidencia decisiva que han de tener en la generación de un espíritu emprendedor que favorezca la creación de trabajo, en la construcción de una cultura de convivencia solidaria y en la creación de una nueva sensibilidad social en nuestros pueblos.

Conclusiones y recomendaciones finales

13. Como fruto de nuestra reflexión y diálogo, Obispos y Empresarios, manifestamos unas conclusiones y recomendaciones finales que pautarán nuestro caminar hasta el próximo encuentro. A fin de garantizar su cumplimiento y el de todos los compromisos que hemos asumido durante el VII Simposio -reflejados en esta declaración- tanto los Obispos como los Empresarios nos hemos empeñado en evaluarlos y revisarlos periódicamente, antes del próximo Simposio.

14. He aquí nuestras conclusiones y recomendaciones finales:

I. Reconocer que la responsabilidad social es parte indispensable y constitutiva de la finalidad de la empresa, indisolublemente ligada a sus objetivos económicos.

II. Promover talleres de transformación de las propias empresas hacia la responsabilidad social, inspirados en la Doctrina Social de la Iglesia, invitando también a que otras empresas y organizaciones sociales asumen el mismo compromiso.

III. Establecer algunos medidores adecuados para constatar cíclicamente el avance progresivo y gradual de la responsabilidad socia
l de las empresas.

IV. Propiciar el encuentro regular y frecuente entre los Departamentos de Pastoral Social de las Conferencias Episcopales y las asociaciones nacionales de UNIAPAC, para tratar conjuntamente los temas que atañen a la responsabilidad social de la empresa y al compromiso cristiano de los empresarios, para superar el desconocimiento mutuo y crear iniciativas conjuntas que estimulen el diálogo Iglesia-Empresa en sus diversos niveles.

V. Establecer canales de diálogo permanente entre los Obispos y los Empresarios a nivel diocesano, nacional y continental.

VI. Fomentar -a través de la mediación de los Obispos diocesanos- el diálogo de los Empresarios con el clero local, donde operan las empresas.

Agradecemos a Cristo Jesús, Señor de la historia, que nos haya acompañado y enriquecido con su Espíritu durante estos días, y ponemos nuestros proyectos, gérmenes de esperanza, en manos de la Virgen de Guadalupe, patrona de los pueblos de América.

Aguascalientes, 2 de octubre de 2003.

VII SIMPOSIO UNIAPAC / CELAM
30 de septiembre al 2 de octubre de 2003

RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LA EMPRESA EN AMÉRICA LATINA-
CÓMO ENTENDER Y SUPERAR EL IMPACTO DE LA GLOBALIZACIÓN

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ZENIT Staff

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