La Santa Sede condena los ataques terroristas y las represalias militares en Oriente Medio

Único camino «digno»: «el diálogo sincero», recuerda el cardenal Sodano

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 14 julio 2006 (ZENIT.org).- Condena tanto de los actos terroristas como de las represalias militares, y un llamamiento al diálogo sincero: es la posición de la Santa Sede ante la crisis desatada en Oriente Medio estos últimos días.

El cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado del Vaticano, hizo este viernes a «Radio Vaticano» una declaración, íntegramente transcrita y difundida (en italiano) por la Sala de Prensa de la Santa Sede.

«Las noticias que nos llegan de Oriente Medio son ciertamente preocupantes», expresó el purpurado.

Confirma que Benedicto XVI –que pasa unos días de descanso en los Alpes italianos— «y todos sus colaboradores siguen con particular atención los últimos dramáticos episodios que corren el riesgo de degenerar en un conflicto con repercusiones internacionales».

«Como en el pasado, también la Santa Sede condena tanto los ataques terroristas de unos como las represalias militares de otros –manifestó el cardenal Sodano–. De hecho, el derecho a la defensa por parte de un Estado no exime del respeto de las normas de Derecho Internacional, sobre todo en lo relativo a la salvaguarda de las poblaciones civiles».

«En particular –prosiguió— la Santa Sede deplora ahora el ataque al Líbano, una nación libre y soberana, y asegura su cercanía a aquellas poblaciones, que ya han sufrido mucho por la defensa de su propia independencia».

«Una vez más se evidencia cómo la única vía digna de nuestra civilización es la del diálogo sincero entre las partes en causa», concluyó.

La presente espiral de violencia se desató el miércoles, tras el secuestro de dos soldados israelíes por parte del movimiento [fundamentalista] chií libanés de Hizbulá, y el asesinato de varios soldados (Zenit, 13 julio 2006).

Desde entonces Israel bombardea puntos del Líbano, buscando su aislamiento y que los soldados secuestrados no sean sacados del país. La periferia sur de Beirut es uno de sus objetivos, pues allí reside el líder de Hizbulá, Hasan Nasrala. Por su parte Hizbulá responde disparando cohetes contra el norte de Israel.

Apunta la emisora pontificia que decenas de miles de personas han emprendido la huida hacia Siria. La cifra de muertos se estima en 60.

El jueves, los cohetes lanzados desde territorio libanés alcanzaron la ciudad de Haifa, un ataque que desmiente Hizbulá y que el embajador israelí en Washington ha calificado de «gravísima escalada de la crisis», cita «Radio Vaticana».

El jefe de Estado iraní, Mahmoud Ahmadinejad, ha condenado las acciones israelíes en Líbano y ha advertido –prosigue la emisora pontificia— de que una eventual ofensiva contra Siria sería considerada como un ataque a todo el contexto islámico, y el gobierno libanés ha hecho un llamamiento urgente al Consejo de Seguridad de la ONU para que intervenga a favor de un «alto el fuego» inmediato.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha decidido enviar una delegación de alto nivel a la región para mediar en la crisis entre Israel y Líbano.

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ZENIT Staff

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