La Santa Sede propone a la ONU adoptar la Convención contra toda clonación humana

Confirma su apoyo al avance de la ciencia en el respeto del derecho a la vida

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NUEVA YORK, jueves, 30 septiembre 2004 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha pedido a la asamblea general de las Naciones Unidas que adopte una Convención que establezca la prohibición de todo tipo de clonación humana.

El arzobispo Giovanni Lajolo, secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, se hizo eco de esta petición de Juan Pablo II al tomar la palabra este miércoles ante la 59 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El argumento está en estos momentos en el tapete de las negociaciones, pues la Asamblea General prevé reanudar sus discusiones sobre la clonación humana en las próximas semanas.

Encuentra consenso en el seno de las naciones la prohibición de la clonación humana con fines de reproducción. Algunos países, sin embargo, en meses pasados, propusieron que la Convención no condene la clonación de embriones humanos que después son sacrificados para ser sometidos a experimentaciones.

La Iglesia católica, apoyada por otros países, se ha opuesto a esta concesión, pues implica producir vidas humanas por clonación que después son eliminadas.

Para apoyar su propuesta, monseñor Lajolo, recordó, que «el derecho de todo individuo a la vida» está explícitamente mencionado por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de las Naciones Unidas.

El representante del Papa reafirmó el compromiso de la Santa Sede «para apoyar el progreso de la ciencia médica, respetando siempre la dignidad humana, para el tratamiento y la curación de las diferentes enfermedades».

El Vaticano volvió a emitir «su juicio favorable sobre la adquisición y uso de las células estaminales adultas», que pueden ser utilizadas con fines terapéuticos sin acabar con vidas humanas.

Por ello, «la Santa Sede considera que hay que seguir el camino de adoptar y actuar una Convención que comporte, sin ambigüedades, una prohibición general de la clonación humana».

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ZENIT Staff

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