La Secretaría de Economía de la Santa Sede, ha publicado y distribuido esta semana una nueva iniciativa. Se trata de un manual para todas las oficinas vaticanas reiterando las políticas de gestión financiera que entrarán en vigor el 1 de enero de 2015. El manual ha sido aprobado tanto por el Consejo de Economía como por el papa Francisco.
«El propósito del manual es muy sencillo», ha dicho el cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría de Economía, tal y como ha publicado Radio Vaticano. El purpurado ha subrayado que la iniciativa «quiere ayudar a los entes y las administraciones de la Santa Sede a mejorar los criterios y los procedimientos para la elaboración de los balances según criterios comunes y coherentes con los estándares internacionales».
Asimismo ha asegurado que «el uso de prácticas y relaciones de gestiones financieras sanas y coherentes contribuye a proporcionar un cuadro claro sobre la responsabilidad de todos aquellos a los que se les confían los recursos de la Iglesia», ha añadido el cardenal Pell.
En la noticia publicada en Radio Vaticano, se explica además que «las nuevas políticas reforzarán el proceso de programación de las oficinas vaticanas, de forma que los recursos puedan ser utilizados de forma más eficaz y eficiente al servicio de la misión de la Iglesia.
La Secretaría de Economía proporcionará a las oficinas del Vaticano y de la Santa Sede la formación y el apoyo necesario para poder implementar las nuevas políticas. Finalmente, el balance consolidado será revisado por una gran sociedad de revisión internacional.
El pasado 24 de febrero, el Santo Padre instituyó, a través de un Motu Proprio el Consejo de Economía y la Secretaría de Economía. El Consejo tiene la tarea de proporcionar orientación sobre la gestión económica y de supervisar las estructuras y las actividades administrativas y financieras de los dicasterios de la Curia Romana, de las instituciones relacionadas con la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano. Mientras que la Secretaría se constituye como dicasterio de la Curia Romana y lleva a cabo el control económico y la supervisión de las estructuras y actividades administrativas y financieras de los dicasterios, de las instituciones relacionadas con la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano; así como las políticas y procedimientos relativos a la adquisición y la asignación adecuada de los recursos humanos, en el respeto de las competencias propias de cada ente.
