La separación familiar, el efecto de las guerras contemporáneas

Según una encuesta del Comité Internacional de Cruz Roja

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GINEBRA, jueves, 25 junio 2009 (ZENIT.org).- Las experiencias más habituales y más temidas de los civiles en los países en guerra son los desplazamientos, la separación de los familiares y la falta de acceso a los servicios básicos.
 
Así lo reveló una encuesta realizada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), «Nuestro mundo. Perspectivas del terreno», publicada para conmemorar el 150 aniversario de la batalla de Solferino, que dio origen al Movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Benedicto XVI recordó este viernes la fecha y reconoció que esta institución constituye «un importante baluarte de humanidad y de solidaridad en tantos contextos de guerra y de conflicto, como también en muchas situaciones de emergencia».
 
El 56% de las personas afectadas directamente por conflictos armados han tenido que desplazarse, más de la mitad han perdido el contacto con familiares y una de cada cinco ha perdido los medios de subsistencia, indica la encuesta presentada por el CICR.

La encuesta revela que más de la mitad de los civiles entrevistados en ocho países en guerra (Afganistán, Colombia, Georgia, Haití, Líbano, Liberia, Filipinas y República Democrática del Congo) han sido desalojados a causa de los conflictos en sus países.

Pierre Krähenbühl, director de operaciones del CICR, dijo que los entrevistados representan a millones de personas que luchan por los propios hijos, que han sido obligadas a dejar las propias aldeas bajo amenaza, o que viven en el miedo constante de que cualquiera a quien aprecian pueda ser asesinado, agredido o que pueda desaparecer.
 
Según la encuesta, el 66% de los entrevistados han padecido los efectos de la guerra, mientras que el 56% ha tenido que abandonar el lugar en que vivían y en la mayor parte han perdido el contacto con sus seres queridos.

En todos los países examinados, además, los conflictos han limitado, si no hecho imposible, el acceso al agua, al alimento, a la electricidad, a la asistencia sanitaria. También respecto a la ayuda humanitaria internacional hay escepticismo entre los entrevistados: el 59%  piensa que la corrupción impide ayudas eficaces.
 
Cruz Roja fue fundada después de la batalla de Solferino el 24 de junio de 1859. En aquella batalla murieron cerca de 40.000 soldados y hubo un solo civil muerto.
 
«Si la comparamos con los conflictos modernos, los Solferino de nuestros días –dijo Krahenbuhl–, descubrimos que hoy la guerra influye física y psicológicamente mucho más sobre los civiles. Esto comporta la necesidad de obligar a las partes a un mayor respeto a los derechos humanos y a las leyes de guerra».
 
Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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