La tragedia de Darfur y la libertad religiosa, en la audiencia del Papa al presidente de Sudán

Celebrada en Castel Gandolfo

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CASTEL GANDOLFO, viernes, 14 septiembre 2007 (ZENIT.org).- Darfur, sinónimo de la peor tragedia humana del planeta, ha sido protagonista de la audiencia que esta mañana ha concedido el Papa al presidente del país africano, Omar Hassan Ahmed El-Bashir, en Castel Gandolfo.

Sucesivamente El-Bashir fue recibido por el arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las relaciones con los Estados y hasta el año pasado nuncio apostólico en Jartum.

Tras el acuerdo de paz de 2005, Sudán empezó a salir de dos décadas de guerra civil motivada por la islamización forzada del país. Murieron dos millones de personas y varios millones más sufrieron el desplazamiento.

Hace cuatro años que, en la región de Darfur, estalló la persecución contra la población local, africana, por parte de milicias armadas de origen árabe. El resultado son al menos 200 mil muertos y dos millones de refugiados, cuya supervivencia es un reto diario.

En el centro de las conversaciones de este viernes ha estado la situación política y religiosa del país, con particular atención a los Acuerdos de paz y a la situación de Darfur, confirma una nota difundida por la Oficina de Prensa vaticana.

La Santa Sede ha expresado a las autoridades sudanesas su vivo deseo por el éxito de las negociaciones de paz –convocadas el 27 de octubre en Libia– sobre Darfur, a fin de que termine el sufrimiento y la inseguridad entre las poblaciones de esa región, se les asegure la asistencia humanitaria a la que tienen derecho y se emprendan proyectos de desarrollo.

El portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, ha recalcado el clima respetuoso del encuentro, el gran empeño por parte de Sudán en esta reunión y la intención de la delegación sudanesa de demostrar gran atención y respeto por el Vaticano.

Quince personas formaron la nutrida delegación que acompañó a El-Bashir: los ministros de Exteriores y de Asuntos Religiosos, otros cuatro titulares de distintas carteras y parlamentarios. Junto a ellos, al menos un representante cristiano.

La defensa de la vida y de la familia, el respeto y la promoción de los derechos humanos, como el fundamental de la libertad religiosa, han sido también temas de interés común tratados en la cita de Castel Gandolfo.

La Santa Sede confirma que se ha hablado de la importancia del diálogo interreligioso y de la colaboración entre todos los creyentes de todas las religiones, en particular entre cristianos y musulmanes, para la promoción de la paz y del bien común.

En este contexto se ha subrayado la positiva contribución de la Iglesia católica y de sus instituciones en la vida de la sociedad sudanesa, especialmente en el terreno educativo.

El representante cristiano presente en la delegación sudanesa acercó al Santo Padre, para que los bendijera, unos crucifijos y rosarios que llevará a los fieles sudaneses.

En el intercambio de regalos, Benedicto XVI hizo entrega de las medallas del pontificado y recibió, de las autoridades de Sudán, un cuadro que reproduce una pintura de San Miguel Arcángel recientemente encontrada en una iglesia del siglo X en Fáras, en el norte de Sudán.

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ZENIT Staff

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