BAGDAD, martes, 5 octubre 2004 (ZENIT.org).- Ante la dramática serie de atentados y secuestros que flagela Irak, el patriarca caldeo de Bagdad, Su Beatitud Emanuele III Delly, ha pedido ayuda y oración a los países extranjeros. Y aclara que se asesina por igual a cristianos o musulmanes.
«También hoy hay víctimas», afirmaba este martes el patriarca en declaraciones a la agencia AsiaNews. Recemos para que Dios ilumine la mente de quien comente estos actos malvados».
Ante la noticia del asesinato a sangre fría de varios cristianos en los últimos días, el patriarca aclara: «la violencia golpea a cristianos y musulmanes. Muchos musulmanes son secuestrados y asesinados. En estos días duros y oscuros el destino es común para ambas comunidades».
«Recemos para que cada vez haya más personas que trabajen junto a los iraquíes para restablecer la paz a nuestro país: todos, cristianos y musulmanes juntos», añade.
«No tenemos que distinguir entre cristianos, musulmanes, caldeos… Somos una familia y tenemos que trabajar todos juntos para que prevalezca la paz en un país atormentado desde hace muchos años», señala.
Este martes se encontraron con el Papa las dos jóvenes italianas cooperantes que fueron secuestradas y liberadas en Irak, Simona Torretta y Simona Pari.
El patriarca reconoce en la entrevista que la Iglesia caldea ha ofrecido una contribución a su liberación: «Hicimos todo lo posible para obtener la liberación de las dos muchachas. Tocamos a todas las puertas hasta que el Señor abrió una».
Pero recuerda, «hay muchos más rehenes en manos de secuestradores. Esperemos que también sean liberados».
