La Virgen de Aparecida será entronizada en el Santuario de Fátima

El cardenal Raymundo Damasceno Assis explica la vinculación entre las dos advocaciones marianas

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El cardenal Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida y presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil, presidirá la peregrinación aniversario internacional a Fátima en el próximo mes de mayo, ocasión en la que la imagen de la Inmaculada Concepción de Aparecida será entronizada en el Santuario de Fátima, en la apertura de la peregrinación.

En una entrevista recién publicada en la web del Santuario de Fátima, el purpurado explica la unión entre Fátima y Aparecida y su visita a Cova da Iria.

Así, indico que “tener una copia de la Estatua de la Madre Aparecida oficialmente entronizada en el Santuario de la Virgen de Fátima es una gracia inesperada”. Nosotros –afirma el cardenal– nos sentimos felices y fortificados por su presencia en nuestra vida. Además, expresa su deseo de que «esta entronización en Fátima pueda redundar en muchas ‘apariciones’, en su irrumpir en el corazón y en la vida de tantos de nuestros hermanos y hermanas».

Por otro lado, el purpurado explica que la historia y el mensaje de Fátima, al menos en los pasajes más significativos, son conocidos por el pueblo brasileño. “Ir donde Ella significa descubrir, redescubrir a Dios, o reforzar estas uniones vitales con Él. Ella nos acoge, pero teniendo su corazón centrado en Dios en la oración, es Él a quien en realidad quiere conducirnos”, reflexiona en la entrevista.

Hay algo en común en la espiritualidad vivida en Fátima y en Aparecida, observa el cardenal Assis: “Es la predilección divina por los pequeños de este mundo, sobre quienes Dios pueda contar”. En Fátima elige tres pobres pastores para aparecerse, y en Aparecida son tres pescadores, igualmente pobres, en cuyas redes se deja atrapar y “así se manifiesta a esos corazones y a esas existencias que la acogen rápidamente”.

Además, en sus imágenes, con las manos unidas en oración, “nos dice que las actitudes orantes nos elevan a Dios, porque solo Él nos hace plenamente felices”, precisa.

Sobre la peregrinación de los días 12 y 13 de mayo, añade el cardenal,  “deseamos a los peregrinos procedentes de todas las partes y que representan a todo el mundo, que experimenten la acogida materna y alegre de esta Madre única de todos y cada uno”.

Finalmente desea que “Fátima y Aparecida refuercen y propaguen a los cuatro vientos la dimensión universal de su mensaje y de su propuesta”.

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ZENIT Staff

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