La Virgen de Covadonga se quedó en una cueva en Venezuela

En Chichiriviche, la llevaron en peregrinación por mar

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CHICHIRIVICHE, jueves, 29 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Una imagen de la Virgen de Covadonga quedó colocada en una cueva, conocida como el Santuario Mariano de la Virgen de la Roca, en Chichiriviche, en el municipio Monseñor Iturriza, estado Falcón, Venezuela, informa Elvira Morcillo desde el país caribeño.

La imagen es conocida por los habitantes de Boca de Tocuyo como la Virgen de san Pedro Poveda y fue donada por la Institución Teresiana, cuyos miembros trabajan allí en la formación de catequistas, jóvenes y niños.

En el altar de la iglesia de Boca de Tocuyo, hay una reliquia de san Pedro Poveda y sus habitantes se interesaron tanto por el santo sacerdote español mártir en 1936, que a finales de octubre llevaron la imagen de la «Santina» asturiana en peregrinación por mar, único acceso a la cueva, en la que hay imágenes de otras advocaciones marianas.

Se unieron 85 peregrinos en siete lanchas. En una de ellas iba la imagen de la Virgen, acompañada por el párroco. La travesía duró alrededor de cuarenta minutos.

Se interpretaron cantos marianos y los jóvenes «Amigos de Poveda» cantaron y ondearon sus banderines dedicados a la Virgen.

Mientras se instalaba la imagen, escalando la roca, se rezaron algunos misterios luminosos del Rosario de Juan Pablo II.

Pura Emeterio, de la Institución Teresiana, hizo una presentación de la espiritualidad mariana de san Pedro Poveda para que todos conocieran el sentido de la peregrinación.

El sacerdote Elías Sánchez, joven párroco del municipio, bendijo la imagen de la Virgen y dijo que se logró la peregrinación gracias a la petición hecha por la gente de Boca de Tocuyo y recordó que san Pedro Poveda preside la parroquia de Boca de Tocuyo.

Aura Zavala de Espinosa y Alecia de Colina, maestras jubiladas de Boca de Tocuyo, explicaron que el pueblo entendió que la Institución Teresiana fue pensada por Pedro Poveda a los pies de la Santina, y solicitaron una imagen y realizar la peregrinación. Querían que la Virgen de Covadonga se quedara con el pueblo, y así poder compartir sus alegrías, esperanzas y también sus tristezas.

Desde las lanchas, un representante de Boca de Tocuyo, de Chichiriviche, de Tocuyo de la Costa y de la Institución Teresiana, como oferentes, elevaron plegarias a la Virgen de Covadonga.

Luis Ernesto Robles, maestro, pidió que la tarea educadora realizada sea eficaz y consiga formar niños y jóvenes con las características del humanismo cristiano promovido por san Pedro Poveda.

La familia de Julio y Nogdenys Arteaga, con sus hijos Miguel y Enmanuel, de Tocuyo de la Costa, que celebran en su casa la Asamblea Familiar, en la leen la Palabra, pidieron a la Virgen de Covadonga que cada familia del pueblo persevere en la fe y sepa formar cristianamente a sus hijos.

Reina de Alvarado y Coromoto Rojas, de Chiriviche, ofrecieron a la Virgen el trabajo de los lancheros y pidieron que no les falte el sustento diario. Presentaronn las barcas para que fueran bendecidas por la Virgen.

Algunos hicieron oraciones espontáneas, como José Alejo Arteaga, quien ideó traer la reliquia de Poveda a Boca de Tocuyo. Agradeció la presencia de la Institución Teresiana y expresó su deseo de que crezca el compromiso y el amor a la Virgen en todos los pueblos del municipio Monseñor Iturriza.

Aura Zavala elaboró un estandarte con la fotografía del santo y la frase: «De la fe nace el amor, con éste se adquiere la fortaleza y por él se sufre con perseverancia».

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ZENIT Staff

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