Las prioridades del nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española

Declaraciones de monseñor Blázquez de visita por Roma

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 16 marzo 2005 (ZENIT.org).- Las cuestiones básicas de la evangelización son el auténtico desafío de la Iglesia en España, según constata el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Monseñor Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao, ilustró este miércoles a los micrófonos del programa informativo español de «Radio Vaticano» las prioridades que tiene ante sí la Iglesia en ese país.

En primer lugar, señaló, «tenemos que insistir en la prioridad pastoral, espiritual y eclesial, de la celebración eucarística del domingo. Ese es un punto fundamental».

«Igualmente –añadió– tenemos que ir siempre a las cuestiones básicas de la fe cristiana: Jesús es el único salvador de todos los hombres; Él nos ha mostrado el rostro de Dios que es Padre, y cercano a nuestros sufrimientos y a nuestros pecados para curarnos; la Iglesia es el hogar donde vivimos la fe, donde crece la fraternidad y desde la cual queremos transmitir el evangelio de la paz y de la esperanza al hombre».

El purpurado se encontraba en Roma, junto al nuevo vicepresidente del episcopado, el arzobispo de Toledo monseñor Antonio Cañizares Llovera, y por el padre Juan Antonio Martínez Camino, secretario general, como es habitual, para manifestar su comunión con el Papa.

Dado que Juan Pablo II todavía no ha reanudado las audiencias ordinarias, los nuevos representantes del episcopado español fueron recibidos por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, y por otros colaboradores del Santo Padre.

En su entrevista, este obispo de una de las diócesis del País Vasco considera que «el terrorismo es un inmenso problema y una losa grandísima. Demasiadas veces, demasiadas veces, yo he tenido que presidir la eucaristía por personas asesinadas de una forma tan injusta e intentar consolar a las familias. Una vez más quiero hacerlo».

«Yo estoy convencido –confesó– de que ése nunca puede ser el camino para construir nada positivo. Quiero expresar una vez más mi proximidad, mi afecto, en la medida en que yo pueda, para disminuir su sufrimiento a las víctimas del terrorismo».

«Tengan la seguridad, lo saben también ellos, de que en mí siempre encuentran una acogida, una comprensión, un aliento en su vida, y una colaboración para que esto desaparezca», subrayó.

«Y tiene que desaparecer el terrorismo –insistió–. Esto es una humillación para todos. Esto es una injusticia flagrante. Esto es disponer de la vida de otras personas convirtiéndolas en instrumento de una causa política».

La relación Iglesia-Estado en España, según monseñor Blázquez, será un tema importante de su mandato como presidente, «al menos al principio».

«Yo me alegro mucho de que hace unos días tuvo una reunión importante del entonces vicepresidente de la Conferencia Episcopal y de la vicepresidenta primera del gobierno en la que todos salieron con una impresión de que había transcurrido con gran cordialidad y que podía ser la puerta abierta para un tratamiento de las cuestiones que ciertamente necesitamos tratar. Una especie de camino para ir con el estudio necesario, con la búsqueda de las mejores soluciones por parte de todos, a fin de que se resuelvan los temas pendientes que a todos, a la sociedad en primer lugar, le están afligiendo».

Por lo que se refiere a los encuentros de estos dos días con el cardenal Sodano, y otros representantes de la Santa Sede, monseñor Blázquez aseguró que «hemos sido acogidos con una gran cordialidad y con la disponibilidad para colaborar desde la responsabilidad que tienen en la solución de los problemas de la Iglesia en España».

«Hemos expresado a través del cardenal Secretario de Estado al Papa nuestra adhesión y la comunión personal y de la conferencia episcopal, hemos manifestado también que hemos rezado y seguimos rezando para que el Señor le conforte en su enfermedad», revela.

«Yo me he sentido enormemente confortado por las visitas –concluye monseñor Blázquez–. Hemos sido escuchados y hemos hablado largamente, muy largamente sobre diversos problemas».

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ZENIT Staff

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