Las prostitutas nigerianas en Europa controladas por un banco del país

Revelaciones realizadas gracias a los voluntarios de Caritas en Italia

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SALERNO, 28 mar 2001 (ZENIT.org).- Un nuevo dato sale a la luz en el terrible negocio de venta de mujeres nigerianas como prostitutas en Europa: el negocio es controlado por un banco de Nigeria, según revelaron ayer fuentes de la Cáritas en Italia.

Los voluntarios de esta institución de ayuda de la Iglesia en Salerno han recogido los testimonios de varias de las jóvenes que han rescatado de esta «esclavitud», en colaboración con la asociación Juan XXIII de Rimini, que preside el sacerdote Oreste Benzi.

El responsable de la zona del «Grupo Caritas contra la trata», que en un año de trabajo ha logrado arrancar de las manos de la delincuencia organizada a nueve mujeres, explica que los voluntarios que arriesgan la vida son diez o doce personas.

El trabajo es tan peligroso que piden el anonimato. Dos veces ala semana, estas personas de Caritas recorren el litoral salernitano en coche con el objetivo de establecer una relación con algunas de las
jóvenes prostitutas nigerianas y también de los países de la Europa del Este.

La edad máxima de estas jóvenes es de 23 años, pero se han dado casos incluso de niñas de 14 años. Con el relato de las jóvenes, se ha podido reconstruir el sistema de acción de estas mafias. Se trata de una red muy organizada, en la que existen países de recogida, así como ciudades y centros de «almacenamiento» de la «mercancía», subasta, y distribución por las ciudades de Europa, y en especial de Italia.

En el caso de las jóvenes nigerianas, una entidad bancaria ofrece a las jóvenes o a sus familias, en su país, un préstamo de entre 14.000 y 18.000 dólares para que puedan venir a Italia a trabajar en puestos de trabajo supuestamente «honestos», garantizados por el banco.

Una vez llegadas a Europa, las jóvenes son puestas en contacto con algún «brujo» tribal que hace sobre ellas ceremonias del tipo vudú y luego las entrega a una «madama» que regenta un prostíbulo. Las jóvenes deben ganar al día una determinada cantidad, casi siempre elevada, para pagar el «puesto de trabajo» y devolver el préstamo.

Los voluntarios de Cáritas comenzaron a tener sospechas al constatar que se están abriendo sucursales de un banco nigeriano en la costa de Salerno. En ellas depositan su dinero las jóvenes obligadas a prostituirse.

«Con las chicas africanas tenemos sobre todo un acercamiento espiritual –afirma el responsable de Caritas que pide dejar su nombre en el anonimato–. Nos reunimos para rezar. Unas cincuenta han participado en un encuentro de oración. A una de 17 años le ofrecimos lo que gana en un día para que participara en la Misa de Navidad pero no hizo otra cosa que llorar. Dos días después nos pidió ayuda para cambiar de vida. Así que la metimos en un coche y la hicimos desaparecer de la calle…».

Según un estudio del Cuerpo de Policía en Italia, en este país hay en estos momentos unas 70.000 prostitutas, de las cuales 20.000 son inmigrantes ilegales. Un tercio son menores de edad. 1.064 son los delitos cometidos en 1999 relacionados con la prostitución, en comparación con los 283 cometidos en 1990. Según esta misma fuente, en Europa habría unas 500.000 prostitutas.

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ZENIT Staff

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