Las relacioes entre Irán y la Santa Sede, según el embajador de Teherán

Entrevista a Ali Akbar Naseri

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ROMA, lunes 23 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Las relaciones entre el Vaticano e Irán, la situación de los cristianos que viven en este país, el diálogo interreligioso, la islamofobia y el programa nuclear iraní: son solo algunos de los temas afrontados en esta entrevista a ZENIT, por el nuevo embajador iraní ante la Santa Sede, Ali Akbar Naseri.

La entrevista tiene lugar poco después de que Benedicto XVI haya recibido sus cartas credenciales, en una ceremonia celebrada el 29 de octubre, en la que el Santo Padre afirmó: «La libertad religiosa y la libertad de conciencia tienen un papel fundental, pues constituyen el manantial de las demás libertades».

-Recientemente usted ha presentado las Cartas credenciales para ser acreditado como embajador ante la Santa Sede. ¿Cómo ve la actual relación entre el Vaticano y la República Islámica de Irán?

Ali Akbar Naseri: Tenemos buenas relaciones. Nos encontramos en una época en la que la humanidad mira de nuevo con confianza a la religión como vía para la resolución de los problemas materiales y espirituales, por ello Irán y el Vaticano, que son dos países religiosos con objetivos comunes, pueden dar vida a colaboraciones muy útiles y eficaces de cara, en particular, a la paz mundial.

-¿Qué puede decir de su encuentro con Benedicto XVI?

Ali Akbar Naseri: En el encuentro hemos hablado de la posibilidad de desarrollar cada vez más nuestras relaciones. En lo que respecta al Papa, puedo decir que es una persona espiritual, intelectual, humilde y cordial, con la que cuento para un posterior desarrollo de las relaciones tanto entre el Islam y el cristianismo que entre Irán y Vaticano.

-“La Santa Sede desea consolidar sus relaciones con la República Islámica de Irán, y favorecer la comprensión recíproca y la colaboración de cara al bien común”. Son las palabras que Benedicto XVI le dirigió en su discurso. ¿Cuáles son las bases sobre las que fundar estos propósitos?

Ali Akbar Naseri: La visión del mundo monoteísta, la fe en la dignidad del hombre, el compromiso en la promoción de la justicia y la oposición contra toda forma de terror, violencia y opresión.

-El Papa elogió también el trabajo entre el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso y la Organización para la Cultura y las Relaciones Islámicas. ¿Cómo ve esta iniciativa que está en curso desde hace varios años? ¿Conoce los eventuales nuevos planes y proyectos para el futuro?

Ali Akbar Naseri: La República Islámica acoge y sostiene esta iniciativa que es una necesidad dictada por la época en que vivimos y que mira a la comprensión recíproca y a la colaboración para llegar a realizar objetivos comunes. Acciones concretas y tomas de posición firmes en el ámbito de la política internacional pueden producir resultados beneficiosos para toda la humanidad.

-¿Qué puede decir de las relaciones entre musulmanes y cristianos en Irán? ¿Cuál es el compromiso de los cristianos en la sociedad iraní?

Ali Akbar Naseri: Los cristianos son una de las comunidades originarias de Irán y desde la historia antigua hasta hoy han gozado siempre de la ciudadanía de pleno derecho. Ha habido siempre un respeto recíproco entre los cristianos y sus conciudadanos islámicos.

-En su reciente intervención en la ONU sobre el tema “La Agencia de las Naciones Unidas para el Socorro y Asistencia a los prófugos palestinos de Oriente Próximo”, el arzobispo Celestino Migliore afirmó: “la solución del conflicto palestino-israelí sigue siendo la clave para resolver las muchas situaciones que llevan el caos a la región de Oriente Medio y que tienen graves implicaciones en el mundo”. La Santa Sede sigue animando al diálogo como vía para la resolución de este conflicto. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Ali Akbar Naseri: La sensibilidad del Vaticano y la reciente intervención del arzobispo Migliore, respecto a los prófugos palestinos que hace sesenta años fueron expulsados de sus casas y de su tierra, son apreciables. La solución justa consiste en la vuelta de los prófugos palestinos a su patria y a su propio lugar de nacimiento, y en la participación libre de todos, palestinos, musulmanes, cristianos y judíos en la elección de su proprio gobierno. Nosotros apoyamos y sostenemos las elecciones libres.

-¿Cuál es el estatus político-social de los cristianos en Irán, especialmente desde el punto de vista jurídico?

Ali Akbar Naseri: En la Constitución de la República Islámica de Irán (Artt. 13, 14, 64) el derecho de las minorías religiosas como el cristianismo ha sido reconocido. Los cristianos gozan de plenos derechos de ciudadanía. Poseen iglesias, centros culturales, centros deportivos. Baste pensar que sólo en Teherán hay 15 iglesias y 30 importantes centros culturales y deportivos, con escuelas y periódicos. En el Parlamento se sientan tres representantes de las comunidades cristianas, con plenos poderes, sobre la base de una ley que establece cuotas específicas de las comunidades cristianas, con plenos poderes, sobre la base de una ley que establece cuotas específicas para tutelar el derecho de las minorías étnicas y religiosas a la representación parlamentaria.

-¿Puede hablarnos un poco de su discurso al Papa?

Ali Akbar Naseri: En el discurso hablé:

– de la necesidad de que las religiones y los jefes religiosos se sientan investidos de la responsabilidad de responder a las injusticias y opresiones y apoyar de todas las maneras los derechos de las minorías étnicas y religiosas en todas las sociedades.

– de la deseada anulación del derecho de veto en el ámbito de la ONU y de la necesaria superación de las políticas basadas sobre pesos y medidas distintas, que producen discriminaciones e injusticias a nivel mundial-

– del derecho de Irán (como de los demás países) a una actividad nuclear pacífica.

– de la tristeza causada al constatar en Occidente el empeoramiento de una política agresiva islamofóbica.

– del valor de una colaboración entre el islam y el cristianismo, y entre Irán y el Vaticano, en defensa de la dignidad del hombre y de la paz mundial.

-¿Cuál es el estado actual del diálogo interreligioso, a la luz de la Carta de los 138 líderes musulmanes (Una Palabra común entre nosotros y vosotros) y de todas las iniciativas originadas por ella, en particular el Foro Católico-Musulmán? ¿Y cuál es el terreno común para el diálogo en Irán?

Ali Akbar Naseri: Dialogar es una peculiaridad fundamental del ser humano y el Corán promueve el diálogo. La República Islámica, por su parte, apoya todo diálogo que ayude a la comprensión recíproca y a la colaboración efectiva en la persecución de objetivos comunes, religiosos y humanos.

-¿Qué relaciones hay entre el Instituto Pontificio de Estudios Árabes e Islamística y la Embajada de Irán en Roma? ¿Hay alguna colaboración o proyecto en común?

Ali Akbar Naseri: En el pasado tuvimos buenas relaciones, que quiero desarrollar ulteriormente. Quisiera pedir al Instituto Pontificio que introduzca un curso de lengua persa y la enseñanza del derecho chií para favorecer una visión correcta y libre de prejuicios del Islam y de la religión chií. Mientras tanto, estoy disponible tanto para la enseñanza como para encuentros de concertación con este Instituto y con otros Institutos o Centros universitarios.

-¿Qué puede decir sobre las protestas que se han verificado en las calles de Irán y en los medios de comunicación, divididos entre posturas favorables y contrarias al Gobierno? ¿Puede hablarnos de las razones y de las posibles soluciones?

Ali Akbar Naseri: La República Islámica está legitimada tanto por la religión como por el pueblo. El 85% participó en las recientes elecciones presidenciales en las que el preside
nte Ahmadinejad venció con el 65% de los votos, es decir, con 24,5 millones de votos. Los que en Irán hablan de fraudes no sólo no han aportado ninguna prueba, sino que con manifestaciones ilegales han intentado enfrentarse al gobierno legítimamente elegido. Y ahora un grupo minoritario, con objetivos políticamente ilícitos, apoyado por las potencias extranjeras, está intentando causar problemas internos, a despecho de los millones de iraníes que apoyan al Gobierno y a la República Islámica.

-En su discurso al Santo Padre, con ocasión de la audiencia, señaló la islamofobia presente en Occidente. ¿Puede hablarnos de este tema?

Ali Akbar Naseri: La Revolución Islámica libró al país del yugo de las potencias usurpadoras, en particular de los Estados Unidos, y defendió las legítimas aspiraciones de los pueblos oprimidos. El imperialismo y el sionismo internacionales ven al islam puro ir contra sus intereses (ilegítimos). Y por esto difunden la islamofobia en el mundo y en Occidente con pretextos políticos, mientras la religión islámica, en sus valores originales, no sólo no produce ni difunde miedos y alarmas, sino que defiende la dignidad humana y la paz mundial. Los actos terroristas no son expresión del Islam verdadero, sino de grupos minoritarios (por ejemplo talibanes y wahabitas) que no tienen nada que ver con la religión. La existencia de estos grupos es el resultado de las políticas occidentales de cuño imperialista. En todo caso, los grupos extremistas no son una peculiaridad del islam, sino que se encuentran abundantemente también fuera de él. El Islam y la República Islámica condenan firmemente cualquier forma de violencia y de terrorismo.

-¿Qué puede decir del programa nuclear iraní?

Ali Akbar Naseri: Mi país, en calidad de país miembro del NPT (Tratado de no proliferación nuclear, ndr), no solo está contra el uso “militar” de la energía nuclear, sino que pide el desarme nuclear en el mundo, en particular en Oriente Medio.

Irán, a pesar de la capacidad técnica y el derecho a producir uranio enriquecido para uso medicinal, se ha mostrado dispuesto, en el ámbito de los recientes encuentros en Ginebra, a comprar uranio del extranjero o a intercambiar su propio uranio.

Quisiera señalar que en los años 50, los Estados Unidos vendieron a Irán un reactor de investigación nuclear de 5 megavatios y uranio enriquecido al 93%. Este reactor produce radio para uso exclusivamente farmacéutico para más de cien hospitales.

[Por Tony Assaf, traducción del italiano por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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