Las tribulaciones del matrimonio

Nuevos informes descubren tendencias preocupantes

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Por el padre John Flynn, L. C.

ROMA, domingo 19 de diciembre de 2010 (ZENIT.org). – Un informe que se acaba de publicar mostraba que la clase media está sufriendo un aumento en el número de divorcios y de madres solteras, y que los problemas matrimoniales no se limitan a las personas con niveles más bajos de educación e ingresos.

La edición 2010 de The State of Our Unions, “When Marriage Disappears: The Retreat from Marriage in Middle America” (La Situación de nuestros Matrimonios, “Cuando desaparece el Matrimonio: el Alejamiento del Matrimonio por parte de la Norteamérica Media) se publicaba el 29 de noviembre. Es un esfuerzo conjunto del National Marriage Project de la Universidad de Virginia y del Center for Marriage and Families del Institute for American Values.

El informe descubrió que sólo es estable el matrimonio entre las personas con una alta educación y altos ingresos y, de hecho, el matrimonio parece haberse hecho robustecido entre este tipo de personas.

En el informe se definía al norteamericano medio como alguien que ha terminado el instituto pero carece de un título universitario. Este grupo constituye el 58% de toda la población adulta. Aquellos con formación universitaria suman el 30%. El restante 12% lo constituyen quienes no terminaron su educación secundaria.

Entre los cambios destacados en el informe están los siguientes:

– A principios de los 80, sólo el 2% de los niños nacidos fuera del matrimonio lo eran de madres con una educación alta, en comparación con el 13% de niños de madres con una educación media y el 33% de niños nacidos de madres con pocos estudios. Para finales de esta última década, el porcentaje de niños nacidos fuera del matrimonio para las madres con estudios universitarios era del 6%. Los otros dos grupos experimentaron un acusado aumento, hasta el 44% para las madres con una educación media, y hasta el 54% para aquellas con pocos estudios.

– El porcentaje de adultos en edad de trabajar con una educación que permanecían casados en su primer matrimonio cayó del 73% de los años 70 hasta el 45% de la última década. Esto hay que compararlo con la caída de17 puntos en el mismo periodo entre los adultos con estudios universitarios y, de 28 puntos, entre los adultos con pocos estudios. Lo que llama poderosamente la atención, observaba el informe, es que los norteamericanos con estudios medios y con estudios universitarios de los años setenta era muy probable que, ambos grupos, estuvieran casados; ahora, cuando se trata de las probabilidades de estar en un matrimonio unido, el norteamericano con estudios medios es más probable que se acerque al que no tiene estudios.

– Los norteamericanos con estudios medios es cada vez más probable que convivan en una unión de hecho en vez de casarse. Desde 1988 hasta ahora, el porcentaje de mujeres de entre 25 y 44 años que habían vivido en estas uniones subió 29 puntos para las que tenían estos estudios – ligeramente por encima de los 24 puntos de aquellas con pocos estudios. Durante el mismo periodo, las uniones de hecho subieron 15 puntos entre las mujeres que tenían estudios universitarios. Cuando se trata de uniones de hecho, de nuevo, el norteamericano con estudios medios se comporta de modo más parecido al norteamericano con pocos estudios.

– El aumento de divorcios y educación de los hijos fuera del matrimonio, en las comunidades de clase baja y clase media por toda Norteamérica, ha dado como resultado que cada vez más niños en dichas comunidades vivan en hogares en los que no están sus padres biológicos o acaben viviendo en hogares de adopción, sobre todo si se les compara con los niños de hogares con más ingresos y educación.

Cambios culturales

Según el informe, tres cambios culturales han jugado un papel clave en el debilitamiento del matrimonio entre los norteamericanos de clase media. El primero es un cambio sobre este tema, al pasar de ser socialmente conservadores en cuanto al matrimonio a ser más permisivos.

El segundo es que es más probable que estos norteamericanos adopten comportamientos que pongan en peligro sus perspectivas matrimoniales futuras. Esto incluye prácticas como un número mayor de parejas sexuales y más infidelidad matrimonial.

El tercer cambio cultural es que los norteamericanos con una educación media cada vez se parecen menos a quienes tienen estudios universitarios, a la hora de abrazar valores tradicionales como posponer la gratificación, centrarse en la educación, o la templanza.

El informe examina después algunos otros cambios culturales, como el descenso de la práctica religiosa y el aumento del deseo de un “alma gemela”, lo que hace que el nivel para aceptar casarse esté más alto que antes. Resumiendo el efecto de estas transformaciones, los autores concluían: “Un problema relacionado con este nuevo modelo es que se ha roto el nexo normativo entre sexo, paternidad y matrimonio”.

El alejamiento del matrimonio por parte del norteamericano de estudios medios significa que la vida de las madres se ha vuelto más dura y que los padres se han separado de sus familias. El informe añadía que también tiene como resultados problemas para los hijos, con un mayor número de abandonos en la educación secundaria y una pérdida de su camino en la sociedad.

Si el matrimonio se convierte en algo a lo que pueden aspirar sólo quienes ya están en la cima de la escala socio-económica se dará, entonces, una división social y cultural, advertía el informe. “El matrimonio corre el peligro de convertirse en un bien de lujo accesible sólo a quienes tienen los medios materiales y culturales para obtenerlo”, indicaban los autores.

“Esto amenaza el experimento democrático norteamericano y debería preocupar a todo líder cívico y social de nuestra nación”, advertían.

Protección del bien común

Los líderes religiosos también se han mostrado preocupado por lo que está ocurriendo con el matrimonio. El 6 de diciembre se hacía pública una carta abierta titulada “The Protection of Marriage: A Shared Commitment” (La Protección del Matrimonio: un Compromiso Compartido). Una nota de prensa de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB) explicaba que los líderes de las comunidades anglicana, baptista, católica, evangélica, judía, luterana, mormona, ortodoxa, pentecostal y sikh en Estados Unidos afirmaban la importancia de preservar el significado único del matrimonio.

“El amplio consenso reflejado en esta carta de las grandes denominaciones religiosas está claro: la ley del matrimonio no trata de imponer la religión de nadie, sino de proteger el bien común de todos”, afirmaba el arzobispo de Nueva York, monseñor Timothy Dolan.

“El matrimonio es una institución fundamental para el bienestar de toda la sociedad, no sólo de las comunidades religiosas”, afirma la carta.

La carta es sólo el último paso en una serie de medidas de la USCCB para defender el matrimonio. Respaldar el matrimonio es el principal de los cinco objetivos propuestos por los obispos como prioridades pastorales para el próximo año.

Una de las formas de hacerlo es  a través de la página web Marriage: Unique for a Reason (http://www.usccb.og/marriageuniqueforareason/). La página web proporciona materiales para la educación de los católicos sobre por qué el matrimonio es único y por qué debe promoverse y protegerse como la unión de un hombre y una mujer. E
stá disponible además el primero de cinco vídeos, con un segundo que estará en la página a finales de 2010. Una guía del espectador y varios folletos complementan los vídeos.

Conciencia de la sociedad

El Papa Benedicto XVI también ha expresado su preocupación por la ruptura de la familia y la vida matrimonial. “La Iglesia ve con preocupación el cada vez mayor esfuerzo por eliminar el concepto cristiano del matrimonio y de la familia de la conciencia de la sociedad”, afirmaba el 13 de septiembre al recibir al nuevo embajador alemán ante la Santa Sede.

En las semanas posteriores, el Papa repitió que se debería defender la familia y el matrimonio en sus discursos a los nuevos embajadores de Costa Rica, Ecuador, Colombia y El Salvador.

El 2 de diciembre, tuvo lugar su declaración más tajante, en su discurso al recibir al nuevo embajador de Hungría.

“Europa no sería ya Europa si la célula básica de la construcción social desapareciera o se transformara de modo sustancial”, declaraba refiriéndose al matrimonio.

El matrimonio se deteriora debido a la facilidad del divorcio, a la cohabitación antes del matrimonio y a la introducción de nuevos tipos de matrimonio que “no tienen fundamento alguno en la historia de la cultura y del derecho en Europa”, decía al embajador. Palabras que se podrían aplicar no sólo a Europa sino a muchas otras partes del mundo.

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ZENIT Staff

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