Líbano: distintas religiones reunidas en torno a la reliquia de s. Juan Pablo II

El postulator Slawomir Oder cuenta la «maravillosa» experiencia vivida en el País de los Cedros en donde los líderes de las comunidades crisitanas y musulmanes han rendido homenaje al Papa polaco

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Apenas un mes después de su canonización, el eco de la santidad de Juan Pablo II resuena nítido y vivo en todos los lugares del mundo. También en el alma de las personas que ni siquiera conocen «el concepto de santidad». Ha sucedido en Líbano, en los días pasados, donde la reliquia peregrina que contiene la sangre del Pontífice ha reunido un gran número de jefes de comunidades religiosos cristianas y musulmanes de Líbano.             





Sunitas, chiítas, drusos, coptos, protestantes, ortodoxos, se han reunido para rendir homenaje al «gigante de la fe», interviniendo personalmente o a través de sus representantes en la iniciativa realizada en Bkerke sobre el tema «Juan Pablo II y su mensaje para el Líbano», promovida por los padres Lazaristas libaneses y de la Fundación Adyan, asociación cercana al patriarcado maronita.

Tres días de armonía, diálogo y «solidaridad espiritual» en el espíritu del Encuentro Interreligioso de Asís de 1986, y en el clima de una patria que Juan Pablo II definió «más que un país, un mensaje de tolerancia y de pluralismo para Oriente y Occidente».

De todo esto, ZENIT ha hablado con monseñor Slawomir Oder, postulador de la causa de beatificación y canonización de Wojtyla, el cual recién de vuelta del Líbano, con la alegría aún marcada en sus ojos, ha compartido la «maravillosa» experiencia vivida en estos días.

«El viaje –cuenta– se incluía en el contexto de la peregrinatio de la reliquia de Juan Pablo II, que contiene la sangre del Santo que ha dado la vuelta al mundo desde la beatificación el 2011. «La de Líbano ha sido la primera salida de la reliquia desde el día de la canonización». La primera etapa de la peregrinación tuvo lugar en una tierra «fuertemente» unida a Karol Wojtyla, pues explica el postulador, «el mismo Papa contaba con una estrecha relación con el Líbano, que por distintas razones le recordaba a Polonia: su historia, su cotidianidad, pero sobre todo por su ser cruce de encuentro entre varias religiones y culturas, con la vocación al diálogo y a la tolerancia».

El «momento culminante de esta experiencia», añade monseñor Oder, «ha sido el encuentro en el Palacio del Patriarcado Maronita en Beirut», que ha cerrado los tres días. El atrio del Palacio «ha vivido una afluencia enorme de gente que quería rendir homenaje al santo polaco». Entre ellos también el presidente de la República, Michel Sleiman, que finalizará pronto su mandato, que ha dado el patrocinio y ha querido unirse personalmente al encuentro, junto a «todos los representantes de las religiones del Líbano». Algunos de ellos también han pronunciado discursos, en árabe, sobre la figura del santo: «un mensaje favorable muy bonito relativo a las enseñanzas del Pontífice, al diálogo interreligioso, a la tolerancia, al encuentro, a los valores fundamentales», comenta Oder. Las intervenciones de los representantes de las distintas confesiones fueron alternadas con cantos religiosos seguidos de la coral de los niños de Hammana, animada por la fundación Adyan.

En su intervención, en el ámbito de las vísperas que precedían el encuentro interreligioso, el postulador ha evocado el discurso de Wojtyla a los jóvenes musulmanes en el estadio de Casablanca (19 de agosto 1985), cuando el Papa «recordaba el significado de los valores espirituales que tienen la razón y fundamento en Dios, pero que necesitan un consenso».

«San Juan Pablo II fue el primero en encarnar estos valores humanos y espirituales», afirma monseñor Oder, «y la presencia de todas las religiones delante de este símbolo ha sido la demostración de un consenso común». Al finalizar el encuentro, el sacerdote polaco ha dejado la preciosa reliquia a la custodia de los padres vicencianos, como «símbolo y reclamo a la continuidad de este mensaje de encuentro y tolerancia dejado por Juan Pablo II».

Una experiencia intensa gracias a la cual es postulador regresó a Roma «contento y agradecido en lo relacionado con Dios». El viaje, ha dico,  «me ha hecho consciente del valor que la canonización tiene para la Iglesia y el mundo entero. Nosotros católicos reconocemos la santidad, pero quien no comprende el concepto de santidad, reconoce el valor extraordinario de este ‘hombre de Dios’, como era comúnmente llamado también por quien no cree en Cristo». El mensaje del pontífice santo continúa por tanto «provocando, reuniendo. Es un pontificado que permanece fértil en muchos campos», prosigue Oder. Y añade que es este caso hemos visto el ámbito del diálogo interreligioso que seguramente hoy se nutre del pensamiento y del espíritu fecundo de Wojtyla».

Juan Pablo II permanece un modelo de esperanza para los cristianos de Líbano, perseguidos y afligidos por las guerras que hieren a Oriente Medio, reducidos drásticamente a una minoría. «Desde que el Líbano era el único país de la Liga Árabe con  mayoría cristiana, hoy la comunidad ha disminuido», subraya monseñor Oder. Sin embargo es una comunidad «de fe viva, auténtica» la que el sacerdote ha encontrado en su viaje; pero necesita «apoyo, oración, signos de solidaridad y cercanía por parte de toda la Iglesia».

Una señal fuerte en este sentido será el viaje del Pontífice a Tierra Santa del 24 al 26 de mayo: «También él, como sus predecesores –observa el postulador–  quiere dar un signo: por una parte, de nuestra común herencia que tiene su punto de referencia en la fe de Abrahán; por otra, de apoyo para los cristianos que permanecen allí como testigos del evento de Dios, que ha elegido ese lugar como tierra de su definitiva Revelación en Jesucristo».

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Salvatore Cernuzio

Crotone, Italy Bachelor's degree in Communication Sciences, Information and Marketing (2008) and Master's degree in Publishing and Journalism (2010) from LUMSA University of Rome. Vatican Radio. Rome Seven. "Ecclesia in Urbe. Social Communications Office of the Vicariate of Rome. Second place in the Youth category of the second edition of the Giuseppe De Carli Prize for religious information.

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