Líderes cristianos de Tierra Santa detenidos en su marcha hacia Belén

Dejan a israelíes y palestinos un mensaje de paz y condena de la violencia

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JERUSALÉN, 8 abril 2002 (ZENIT.org).- Este lunes a mediodía todos los patriarcas y jefes de las Iglesias cristianas de Jerusalén trataron de llegar hasta Belén, pero fueron bloqueados por una barrera militar («checkpoint») en Tantour, informa a Zenit el padre Raed Abusahlia, canciller del Patriarcado Latino de Jerusalén.

El objetivo de los líderes cristianos de las diferentes Iglesias y confesiones era transmitir su solidaridad a las personas que viven en la ciudad en que nació Jesús, ocupada por el ejército israelí desde hace una semana.

Ante la barrera militar, los líderes cristianos tuvieron un momento de oración, en el que leyeron el pasaje del Evangelio del nacimiento de Jesús.

«Paz a todos los que desean la paz», dijeron los líderes religiosos en un comunicado leído en el mismo «checkpoint».

«La paz no puede alcanzarse con la guerra, ni con los tanques, ni con la efusión de sangre, y menos en Belén», añadieron los líderes de las diferentes Iglesias y confesiones cristianas.

«Belén no tiene necesidad de más sangre. Esta misma mañana la sangre ha sido derramada –afirmaron en referencia a los ataques contra la Basílica de la Natividad en los que murió un palestino y fueron heridos dos soldados judíos–. Nosotros rechazamos toda efusión de sangre, israelí o palestina. Basta con la sangre en Belén. No puede seguir siendo un campo de batalla».

Los líderes cristianos pidieron a las autoridades israelíes dejar las armas e «irse en paz y regresar con sus soldados a sus casas».

«En esta barrera militar entre Jerusalén y Belén proclamamos el Evangelio de la paz, el Evangelio de la Natividad de nuestro Señor Jesucristo, Príncipe de la Paz. Invitamos a las Iglesias del mundo a leer y meditarlo con nosotros», proclamaron los líderes cristianos.

Los patriarcas y pastores cristianos invitaron a sus fieles a «tener paciencia» y a mantenerse serenos, confiando en «la paz de Dios y su justicia» y les dejaron una consigna: tocar las campanas a las dos de la tarde en Belén, Beit-Jala y Beth Sahour, la ciudad de los pastores testigos del nacimiento de Jesús, como «signo de paz de los corazones y momento de oración y de súplica por el final de la guerra».

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ZENIT Staff

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