Llamamiento del Papa: que Auschwitz no se repita nunca más

Con motivo de la 65ª Jornada de la Memoria

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 27 de enero de 2010 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI hizo hoy un llamamiento a que tragedias como la de Auschwitz “no se repitan más”, con motivo del Día de la Memoria, que celebra la liberación de los supervivientes de este campo de exterminio.

Al terminar los saludos en las diversas lenguas, el Papa se dirigió a los presentes recordando que hoy se celebra el 65 aniversario de la apertura del lager de Auschwitz, liberado por el Ejército Rojo el 27 de enero de 1945.

“Este acontecimiento y los testimonios de los supervivientes mostraron al mundo el horror de crímenes de inaudita crueldad, cometidos en los campos de exterminio creados por la Alemania nazi”, afirmó.

El Papa quiso recordar “a las víctimas de aquellos crímenes, especialmente del aniquilamiento planificado de los Judíos”.

“Con ánimo conmovido pensemos en las innumerables víctimas de un ciego odio racial y religioso, que sufrieron la deportación, la prisión, la muerte en aquellos lugares aberrantes e inhumanos”.

También recordó que este día se celebra “en honor de cuantos, arriesgando su porpia vida, protegieron a los perseguidos, oponiéndose a la locura homicida”.

“La memoria de estos hechos, en particular del drama de la Shoá que golpeó al pueblo judío, suscite siempre un respeto más convencido de la dignidad de toda persona, para que todos los hombres se perciban como una sola gran familia”, añadió el Papa.

Con palabras similares, Benedicto XVI se dirigió a los peregrinos de lengua alemana, durante los saludos particulares en distintos idiomas, recordando “los innobles crímenes producidos en Alemania por la megalomanía despreciativa del género humano y por el odio racial de la ideología nazi”.

El recuerdo de estos hechos, y especialmente el Holocausto, “nos llama constantemente al respecto absoluto de la dignidad de la persona y de la vida humana”, afirmó el Papa

“Todos los seres humanos de los distintos pueblos y de cada rincón del mundo deben sentirse como una sola y gran familia”, afirmó, reafirmando su llamamiento para que “no puedan repetirse nunca más esos terribles delitos”.

 

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ZENIT Staff

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