Lo que las mujeres católicas quieren para San Valentín

Entrevista con la columnista americana Rebecca Ryskind Teti

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HYATTSVILLE, jueves 11 de febrero de 2010 (ZENIT.org).- El Día de San Valentín se aproxima rápidamente, y muchos hombres se apresuran a preparar lo que parece un examen general anual sobre el estado de sus relaciones.

Se preguntan: ¿Querrá algo material de este año, como diamantes o rosas, o más bien una salida de noche? ¿Me ha estado dejando caer sugerencias a las que me he hecho el sordo? ¿Qué pasa si yo creía que sabía lo que quería, y ella me dice algo que me coge otra vez desprevenido?

ZENIT preguntó a Rebecca Ryskind Teti, ella misma esposa y madre, que revelase lo que las mujeres realmente quieren en la celebración de este 14 de febrero, Teti, que bloguea diariamente en www.faithandfamilylive.com, le preguntó a sus lectoras, mujeres de todo el país, sobre sus planes y esperanzas para el domingo.

Teti, que también colabora como editor en Faith & Family Magazine y es columnista de la sección In Good Company de la Catholic News Agency, agregó otras ideas para hacer este día especial para toda la familia.

-Con el acercamiento del Día de San Valentín, estamos siendo bombardeados con anuncios de televisión que dan la impresión de que todas las mujeres quieren este 14 de febrero diamantes y teléfonos móviles. ¿Estas cosas materiales hacen realmente feliz a una mujer? ¿Qué es lo que hace a las mujeres felices?

Teti: ¡Los regalos ayudan! Los anuncios exageran para vender productos concretos, pero en la medida en que un regalo es una muestra de algo más profundo – de amor, afecto o reconocimiento – por supuesto, es muy agradable.

Lo que nos ofende a veces de la publicidad es la idea de que las mujeres viven para los regalos, de que los regalos tienen que ser extravagantes para contar, o que una muestra de afecto puede ser coaccionada.

No debemos descuidar la premisa positiva que también está presente, además, que es el recordatorio de que nos tomamos un tiempo para mostrar a las personas amadas nuestro aprecio.

Las cosas materiales no tienen poder para hacernos felices, pero sí hacen que nuestra rutina diaria sea un poco más dulce. No sólo vivimos de pan, sino también gracias al pan.

-¿Qué desean las mujeres, especialmente las mujeres católicas, en este Día de San Valentín?

Teti: La mayoría de nuestras lectoras mencionan que esperan placeres sencillos: una tarjeta, un poco de chocolate, tal vez una sola rosa. Algunas estaban esperando una oportunidad para arreglarse un poco y salir, mientras que otras estaban esperando una noche tranquila en casa.

Cualquiera sea la forma que su fantasía tome, sin embargo, lo que todas las mujeres casadas que respondieron estaban esperando es tiempo concentrado con sus maridos.

El deseo parece ser el de romper la rutina diaria de las tareas y obligaciones, y sólo poder disfrutar de la compañía del otro por un tiempo.

Una mujer, riendo, pedía pendientes de zafiro, pero dijo que no los esperaba este año. Estaba pensando en muchos años por delante – tal vez un extravagante San Valentín sólo una vez en su vida de casada.

-¿Qué buscan particularmente las mujeres en sus maridos?

Teti: ¡Esa es una pregunta demasiado grande! Voy a ceñir mi respuesta a una cosa que parece pertinente para el Día de San Valentín.

Gracias a la “Teología del Cuerpo” del Venerable Juan Pablo II, la Iglesia comprende más profundamente que nunca el sentido de la línea del Génesis: «varón y mujer los creó».

En otras palabras, el hombre y la mujer juntos presentan a la humanidad una imagen de Dios.

La vocación de la mujer es la de revelar la belleza de Dios al mundo.

La mujer está hecha para ser bella. El énfasis de nuestra cultura en la belleza física no es equivocado, sino poco profundo y, a menudo, mal dirigido.

La manera más profunda como una mujer es bella es cuando revela a los demás su propia bondad, enseñándoles el amor que Dios tiene hacia ellos. Este es el «genio femenino»: revelar la bondad de la persona humana, y por lo tanto la belleza de Dios.

Lo que la Madre Teresa de Calcuta hizo por los pobres, cada mujer puede hacer en su medio ambiente, y, ciertamente, cada madre lo hace en su casa por su marido y los niños.

Éste es el más satisfactorio y feliz «trabajo» de las mujeres, pero queda en cada mujer la necesidad emocional de sentir que su belleza es apreciada.

Así que una de las mejores cosas que un hombre puede hacer por su esposa es darle una pequeña garantía, ahora y luego, de que ella todavía es bella a sus ojos: a pesar de las arrugas, estrías, tal vez del aumento de peso que puede venir por tener hijos, cocinar para ellos, y cuidando de los demás más que de sí misma.

Ese es el verdadero significado de un gesto romántico para la mayoría de las esposas, me parece: Es una señal de que no se la aprecia como cocinera y chófer, y aya, y criada, sino como esposa.

-¿Cómo pueden las familias católicas celebrar el Día de San Valentín?

Teti: Los lectores de Faith & Family tienen un montón de buenas ideas. Algunas de ellas, estudiar los distintos santos llamados Valentín.

Algunos lo convierten en un día para recordar a personas que de otro modo podrían ser olvidadas, enviando tarjetas de San Valentín a enfermos o ancianos inválidos.

Casi todo el mundo lo conveirte en una ocasión de intercambiar tarjetas con miembros de la familia, celebrando el amor de la familia, de uno al otro.

Y, por supuesto, los postres tienen que ser en forma de corazón.

-El Día de San Valentín tiene sus raíces en el cristianismo. En realidad, hay varios san Valentín que fueron mártires de la Iglesia primitiva. ¿Qué tiene esta fiesta cristiana, que apela a la cultura popular tanto, que ha sido tan bien acogida?

Teti: Creo que tenemos que dar las gracias a Geoffrey Chaucer por ello. No se sabe mucho acerca de cualquiera de los san Valentines, excepto que fueron mártires, y no parece haber ninguna asociación de la jornada con el romanticismo hasta que Chaucer escribió un poema sobre el matrimonio de Ricardo II con Ana de Bohemia.

Chaucer hizo de san Valentín el santo patrón de la boda, y su poema también incluye alusiones a Cupido y Venus. Después de eso, parece haber habido una confusión de Cupido y san Valentín, y el Día de San Valentín llegó a ser asociado con el «amor cortés» de las cortes medievales.

Es a partir de la tradición del amor cortés que surge la práctica de enviar un «San Valentín» en secreto. ¡O eso dicen los historiadores!

-En la cultura popular, puede parecer que el día de San Valentín se ha convertido más en un día sobre el sexo y sobre ser sexy que sobre el amor. ¿Hay lugar para ambos en este día?

Teti: El catolicismo no es puritano. El enfoque de la cultura católica ha sido siempre la de aceptar lo que es saludable y superar lo que está mal con el bien.

¡Por supuesto, no hay necesidad de celebrar el Día de San Valentín, no es un día de precepto!

Pero para aquellos que eligen celebrarlo, no hay ninguna razón para que no pueda ser una oportunidad de celebrar el amor humano en todas sus dimensiones – incluyendo la romántica y la erótica, que son parte del don de Dios a los esposos y esposas.

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En la web:
Blog de Rebecca Ryskind Teti: www.faithandfamilylive.com

Por Genevieve Pollock, traducción del inglés por Inma Álvarez

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ZENIT Staff

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