Localidad íntegramente católica en la India bajo asedio fundamentalista

El obispo de Amravati (en el Estado de Maharashtra) califica la situación de «muy seria»

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AMRAVATI, lunes, 7 febrero 2005 (ZENIT.org).- El obispo católico de Amravati, en el Estado indio de Maharashtra, ha denunciado las amenazas de muerte y el asedio al que fundamentalistas hindúes están sometiendo al pueblo de Rajura, cuyos habitantes, tribales (Adivasi), son todos católicos.

Rajura es el único pueblo católico de Amravati –una de las seis divisiones de Maharashtra con una administración municipal independiente–. Está formado íntegramente por tribales, todos católicos. Son descendientes de emigrantes de Madhya Pradesh, pero residen en el lugar desde hace siglos. Sobre ellos pesa ahora la amenaza literal de morir a golpe de espada si no se reconvierten al hinduismo.

«Este es el único pueblo católico de la zona. Todos los habitantes son católicos, muy pobres y analfabetos, en su mayor parte agricultores, pero su fe es muy firme», explicó el obispo Edwin Colaço, denunciando la situación de Rajura a «Asianews» el jueves pasado.

«Hace unos días –relata–, un “munni” (un santón hindú) llegó a la zona desde Ayodhya» –en el Estado de Uttar Pradesh, en el lugar existía una mezquita que fue destruida el 6 de diciembre de 1992 por hindúes bajo la afirmación de que se alzaba sobre las ruinas de un templo que marcaba el lugar natal del dios hindú Ram, una demolición que provocó enfrentamientos, una elevada cifra de muertos y violentos choques también posteriormente–.

«El munni celebró un gran encuentro religioso aquí, al que vino mucha gente de todos los pueblos de J J Taluka», prosigue. «Con un manto azafrán y un tridente en la mano, comenzó a atacar a la Iglesia católica y a denunciar a los misioneros. Luego lanzó una diatriba contra los católicos tribales del pueblo de Rajura acusando a los misioneros de haber convertido a los tribales al cristianismo a la fuerza, y declaró que su misión es reconvertirlos al hinduismo», contó el prelado.

Para el obispo Colaço se trata de algo «bien planificado por la Convención religiosa hindú». «El munni hizo bien sus deberes y conocía detalladamente la situación de Amravati. Con modos beligerantes, durante el discurso, urgió a los vecinos hindúes a “matar a los cristianos tribales con ‘la espada’ ”», denunció. Finalmente, el munni envió a un grupo de seguidores fanáticos al pueblo para obligar a los católicos Adivasi a acudir al encuentro.

«El grupo fue al pueblo cristiano en jeep, llevando espadas y gritando consignas extremistas aclamando el hinduismo. Pero a su llegada sólo encontraron a las mujeres, pues los hombres estaban en los campos trabajando. Amenazaron con matarlas si no les seguían al encuentro hindú. Aterrorizadas, subieron a los jeep y fueron llevadas a la fuerza ante el munni», relata monseñor Colaço.

Alarmado por los sucesos, el prelado afirma que «la situación es muy seria»: «el munni ha amenazado a los habitantes de los pueblos vecinos con el alejamiento de la comunidad y una multa de 10 mil rupias si mantienen cualquier contacto con los tribales cristianos».

«Esta es una violación de los derechos humanos», declara el obispo de Amravati: «Los cristianos Adivasi son pobres y analfabetos, y dependen de los hindúes para su trabajo: si son marginados, no tendrán medio alguno de subsistencia».

«Peor aún –añade–, muchos Adivasi tienen hijas y hermanas casadas con hindúes y viven en otros pueblos. Ahora los fundamentalistas han prohibido cualquier contacto con sus familias».

Las órdenes del santón hindú han tenido consecuencias inmediatas: «Todos los niños Adivasi –aclara el obispo de Amravati— han sido retirados de la escuela parroquial, la gente del pueblo no viene a la iglesia desde hace dos semanas y los sacerdotes dicen que la capilla parece un desierto porque nadie, ni siquiera mujeres o niños, se atreven a acercarse», circunstancia «muy preocupante» porque en los locales parroquiales «los niños reciben comida, libros y ropa».

«Espero que estos pequeños Adivasi no sufran malnutrición y no interrumpan sus estudios», confía el prelado.

Con la ayuda de sus sacerdotes locales, los habitantes finalmente redactaron una denuncia y la entregaron a la policía, pero fueron obligados a retirarla tras recibir graves amenazas de los fundamentalistas.

El obispo Colaço ha escrito al Ministerio del Interior y al primer ministro de Maharashtra solicitando una investigación sobre el crecimiento de la violencia contra los cristianos de Amravati. Además ha pedido la intervención de la Conferencia Episcopal india.

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ZENIT Staff

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