Los católicos togoleses agradecen a Benedicto XVI su mensaje de paz

El país africano ha sido testigo de violencias provocadas por la crisis política

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LOMÉ, lunes, 2 mayo 2005 (ZENIT.org).- Los católicos de Togo han agradecido al Papa Benedicto XVI su intervención de este domingo para pedir concordia y paz para su país.

La violencia estalló en el país africano tras elecciones del 24 de abril, en las que la oposición denunció irregularidades en la votación a favor del candidato oficialista, Faure Ñasingbe, declarado vencedor, con el 60 por ciento de los votos.

Al anuncio le siguieron protestas callejeras el 26 de abril en las que murieron un centenar de personas, según la oposición.

«En estos días pienso con frecuencia en todos los pueblos que sufren a causa de guerras, enfermedades y pobreza», afirmó el Papa al asomarse por primera vez a la ventana de su nuevo apartamento este domingo para rezar la oración mariana del «Regina Caeli».

«En particular, hoy me siento cerca de las queridas poblaciones de Togo, afligidas por dolorosas luchas intestinas –añadió–. Imploro para todas estas naciones el don de la concordia y de la paz».

El nuncio apostólico en Togo, el arzobispo Pierre Nguyên Van Tot, ha revelado a los micrófonos de «Radio Vaticano» que los tres canales de televisión togoleses «mostraron al Santo Padre en la ventana» y han lanzado su mensaje para el país.

«La gente ha acogido este mensaje con mucha gratitud. Es un signo de interés por parte de la Iglesia para ayudar a la población que sufre», afirma el nuncio.

El 27,91% de los más de cinco millones y medio de togoleses es católico.

El nuncio explica que en estos momentos «la situación es más tranquila. Los países cercanos están tratando de ayudar a las dos partes en lucha a unirse para formar un gobierno de unidad nacional. Si se llega a esta solución, creo que el pueblo respirará mejor».

El nuncio apostólico explica que en estos días unos 8.000 togoleses se han refugiado en el cercano Benín huyendo de la violencia.

«Mañana iré con el secretario de la nunciatura y con otras personas a visitar a estos refugiados», anuncia. «En general, llegan en un primer momento a la parroquia de la frontera –una parroquia católica–, y son bien atendidos, en espera de ser transferidos a un campo situado a unos 50 kilómetros».

«En las parroquias se mueve la organización de la Cáritas nacional de Benín, con la ayuda de la Cáritas de los Estados Unidos [Catholic Relief Services]. Gracias a la nunciatura, también recibimos ayudas de los fieles. Mañana llevaremos donativos en dinero y víveres para darles algo de alivio y sobre todo para mostrar nuestra solidaridad», añade.

A Ghana, otro vecino de Togo, también han llegado varios miles de refugiados, que han sido acogidos en las localidades fronterizas.

En este domingo, la capital togolesa, recuperada la normalidad, la población acudió masivamente a las iglesias el domingo para orar por la reanudación de la paz y la concordia en el país.

El pasado fin de semana, una delegación de la Comunidad Económica de los Estados de Africa Occidental (CEDEAO) intentó en Lomé rebajar la tensión en Togo al demandar un diálogo entre las fuerzas políticas.

La delegación exigió que los partidos togoleses utilicen los «canales legales existentes» para resolver sus diferencias, según informaron emisoras internacionales captadas en Dakar.
Los miembros de la CEDEAO también pidieron a los partidos de Togo que «muestren control y eviten actos que puedan provocar violencia, pérdidas de vidas humanas y destrucción de propiedades», informó un comunicado divulgado al final de la misión.

Faure Ñasingbe es hijo del presidente Ñasingbe Eyadema, que falleció de un infarto el pasado 5 de febrero después de gobernar autoritariamente el país durante 38 años.

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ZENIT Staff

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