Los cristianos deben ser hombres y mujeres de gozo

Los melancólicos tienen cara de «pimientos en vinagre’. Homilía del papa Francisco, el viernes en Santa Marta

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 «El cristiano es un hombre y una mujer de gozo», lo ha indicado el papa Francisco el la homilía de este viernes en Santa Marta, y precisó que la alegría del cristiano no es la alegría que viene por motivos coyunturales sino que es un don del Señor que llena por dentro.

Hoy ha concelebrado con el santo padre, el arzobispo de Mérida, Venezuela, Baltazar Enrique Porras Cardozo y el abad prior de los benedictinos Notker Wolf y ha asistido un grupo de trabajadores de Radio Vaticano acompañados del portavoz, el padre Federico Lombardi.

«El cristiano es un hombre y una mujer de gozo. Esto nos enseña Jesús, nos enseña la Iglesia, en este tiempo de forma especial». Ha matizado que este gozo es algo más que la alegría, «es algo más profundo, es un don.» Este gozo es «como una unción del Espíritu. Y esta alegría está en la seguridad que Jesús está con nosotros y con el Padre».

Así mismo ha remarcado que este gozo no podemos «embotellarlo», «porque si queremos tener esta alegría solamente para nosotros al final se enferma y nuestro corazón se arruga un poco y nuestra cara no transmite esa alegría sino nostalgia, esa melancolía que no es sana».

Y recordó que a veces estos cristianos melancólicos tienen cara de «pimientos en vinagre» más que de personas gozosas que tienen una vida bella. Ha añadido que este gozo es una «virtud peregrina», «un don que camina» y además camina con Jesús.

Remarcó además que «es el don que nos lleva a la virtud de la magnanimidad. El cristiano es magnánimo, no puede ser pusilánime. Y precisamente la magnanimidad es la virtud de la respiración, es la virtud de ir siempre hacia adelante, pero con ese espíritu lleno de Espíritu Santo. Es una gracia que debemos pedir al Señor, el gozo.»

Para finalizar ha señalado que en estos días hay que hacerlo de una forma especial «porque la Iglesia invita, nos invita a pedir el gozo y  también el deseo: lo que lleva adelante la vida del cristiano es el deseo. Cuanto más grande es tu deseo, más gran será el gozo. El cristiano es un hombre, es una mujer de deseo: siempre desear más en el camino de la vida».

Ha querido al Señor «esta gracia, este don del Espíritu: la alegría cristiana. Lejana de la tristeza, lejana de la alegría simple… que es otra cosa. Es una gracia que hay que pedir».

Al concluir, el papa Francisco ha añadido que hay un bonito motivo de gozo por la presencia en Roma de Tawadros II, patriarca de Alejandría, «porque se un hermano que viene a encontrarse con la Iglesia de Roma para hablar», para hacer juntos «una parte del camino».

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ZENIT Staff

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