CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 4 octubre 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ilustró este jueves los desafíos de la época postmoderna al nuevo embajador italiano ante la Santa Sede, Antonio Zanardi Landi, durante la ceremonia de presentación de sus cartas credenciales.
Entre éstos, el Papa citó rápidamente, pues el contexto no le dejaba más espacio, «la defensa de la vida del hombre en cada una de sus fases, la tutela de todos los derechos de la persona y de la familia, la construcción de un mundo solidario, el respeto de la creación, el diálogo intercultural e interreligioso».
Pidió reflexionar «a nivel internacional», en el contexto de la preparación del sexagésimo aniversario de la Declaración de los derechos del hombre, que tendrá lugar el próximo año, sobre «un orden justo en cuyo corazón esté siempre el respeto del hombre, de su dignidad y de sus derechos inalienables».
Esta Declaración, aseguró, «es una especie de compromiso moral asumido por toda la humanidad».
«Esto es profundamente verdadero si los derechos descritos en la Declaración son considerados como fundamentados en el hombre y en su dignidad inalienable de persona creada por Dios y no simplemente como la decisión de la asamblea que los aprobó».
En este contexto, añadió, «es importante que los organismos internacionales no pierdan de vista el fundamento natural de los derechos del hombre».
«Esto evitará el riesgo, por desgracia siempre latente, de caer en una interpretación meramente positivista –concluyó–. Si esto sucediera, los organismos internacionales perderían la autoridad necesaria para desempeñar el papel de defensores de los derechos fundamentales de la persona humana y de los pueblos, principal justificación de su existencia y acción».
