Los extremistas hindúes vuelven prender fuego en la India

Los cristianos hacen frente a una nueva oleada de ataques

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NUEVA DELHI, 1 de marzo de 2003 (ZENIT.org).- Los extremistas hindúes continúan atacando a los cristianos en la India, y su influencia política ha alcanzado el nivel más alto del gobierno. Un reportaje del 24 de febrero en Newsweek confirma una vez más cómo los políticos en el dominante Bharatiya Janata Party (BJP) han optado por jugar la carta del nacionalismo hindú en orden a lograr el apoyo popular.

Lejos de ser castigados por los feroces alborotos religiosos del año pasado en Gujarat, el BJP «planea azotar tanto al terrorismo islámico como a la amenaza paquistaní en las elecciones del próximo año», según Newsweek. De hecho, Narendra Modi, primer ministro de Gujarat, ganó las elecciones de manera aplastante el pasado diciembre tras llevar a cabo una campaña basada en el nacionalismo hindú.

El extremismo hindú está atrincherado en los más altos niveles del gobierno federal, como la revista misionera italiana, Mondo e Missione, dejó claro en su número de enero. El ministro a cargo de la privatización, la industria y el comercio, Arun Shourie, es uno de los más abiertos críticos del cristianismo en general y de las actividades de la Iglesia católica en particular.

A pesar de haberse beneficiado de una educación cristiana, en el St. Stephen’s College de Delhi, en 1994 Shourie publicó un libro: «Misioneros en la India: Continuidad, Cambio, Dilemas», en el que acusa a los misioneros de calentar a los agitadores y fomentar la secesión. Su libro acusa a la Iglesia católica de perpetuar la dominación británica de la India y estar asociada con los poderes imperialistas.

Volvió a la carga en el 2000 con otro libro, «Cosechando nuestras Almas», que alega que el cristianismo se basa en mitología y en historia inexacta. El primer capítulo se dedica a un intento de probar que el misionero evangélico australiano, Graham Staines, quemado vivo con sus dos hijos en Orissa en enero de 1999, no limitaba sus actividades al cuidado de los leprosos. Staines, alega Shourie, también estaba envuelto en el trabajo misional. También acusa a la Madre Teresa del mismo error.

Una modificación del 28 de enero en el gobierno elevó a otro hindú intransigente, Dilip Singh Judeo, informaba el 18 de febrero la agencia SAR News. El nuevo ministro de medio ambiente y bosques afirmó que, a pesar de sus nuevos deberes, continuaría su campaña de reconvertir cristianos al hinduismo.

Afirmó a los medios de comunicación: «El esfuerzo de traer de nuevo a un hindú de aquellos que han abrazado otros credos se asocia con el orgullo nacional». Como Shourie, Judeo es producto de una educación cristiana, en el St. Xavier’s College de Ranchi.

SAR News, agencia católica de noticias de la India, informó que se han levantado algunas dudas sobre las declaraciones sobre reconversiones de Judeo. Arun Pannalal, el vicepresidente laico del Consejo Cristiano de Raipur, observaba que mientras Judeo declara haber reconvertido a 600.000 cristianos, las cifras oficiales muestras que hay sólo 400.000 cristianos en la referida región, Chhattisgarh.

Reconversiones
La violencia continúa golpeando a los cristianos. El boletín de noviembre de Compass Direct informaba que, durante septiembre y octubre, una maliciosa campaña anticristiana tuvo como objetivo las escuelas misionales en el distrito Ajmer del Estado de Rajastán, al norte de la India. Los miembros del personal de las escuelas fueron acusados de sodomía y de diversos castigos corporales duros.

Acompañando a las acusaciones se organizaron manifestaciones por parte de los nacionalistas hindúes, que pedían el cierre de todas las escuelas misionales en el distrito. Los militantes también amenazaron con declarar parias a los aldeanos que no retiraran a sus hijos de una de las escuelas referidas.

Simultáneamente, los radicales hindúes en la zona han dado un impulso a la reconversión, forzando a las personas que se convierten al cristianismo a «volver a casa». En un caso, la organización Rawat Mahasabha, respaldada por políticos locales, organizó la «reconversión» de 25 familias que habían adoptado el cristianismo hacía 30 años. Rasa Singh Rawat, un miembro del parlamento por el dominante BJP, presidió la ceremonia.

Otro golpe en la campaña anticristiana vino con la ley contra la conversión forzada, aprobada en el Estado de Tamil Nadu. La ley de Prohibición de la Conversión Forzada, que entró en efecto el 31 de octubre, impone una multa de más de 50.000 rupias (1.034 dólares) y tres años de prisión a aquél que incite a las conversiones religiosas. La pena aumenta a cuatro años de prisión y 100.000 rupias si la conversión implica a mujeres, menores, miembros de castas inferiores o grupos tribales.

Más de 6.000 instituciones educativas gestionadas por iglesias permanecieron cerradas y más de un millón de cristianos participaron en el ayuno y oración del 24 de octubre para protestar contra la nueva ley. Participaron todas las más grandes denominaciones cristianas – la Iglesia católica, la Iglesia del Sur de la India y las denominaciones pentecostales. Musulmanes y Dalits (intocables) se unieron a los cristianos en un día de clausura de las instituciones educativas, exigiendo la derogación de la ley.

El obispo V. Devasahayam de la diócesis de Madrás de la Iglesia del Sur de la India explicó, en una entrevista el 24 de octubre con el servicio de noticias Rediff.com, las razones que estaban detrás de las protestas contra la ley.

Observó «que un hombre puede venir a mí hoy y decirme que quiere convertirse. Dos días después, puede ir a la estación de policía y decir que fue forzado (a la conversión). Y la policía puede no sólo llamarme a mí sino a todos los de aquí para interrogarlos».

El obispo Devasahayam explicaba que los cristianos se oponen a las conversiones forzadas pero también rechazan la fraseología de la ley. «Las palabras son tales que pueden ser malinterpretadas de cualquier manera», afirmaba. «Si yo digo que Dios estará descontento contigo, puedo ser procesado».

Los partidos políticos usan la religión como un medio de movilizar a las masas, afirmaba el obispo. Y al actuar así, «necesitan un enemigo. Por eso nos convierten en el enemigo».
Misa de Gallo interrumpida
Las pasadas Navidades se vio una reanudación de los ataques contra los cristianos. La policía informó que más de 50 personas armadas atacaron una iglesia en Maliapota en el estado occidental de Bengala Oeste, durante la misa de gallo, informó el 25 de diciembre la BBC. Un sacerdote y otras 14 personas fueron heridas en el ataque. Los asaltantes lanzaron bombas y dispararon, pero huyeron una vez que llegó la policía y abrió fuego.

Después el 15 de enero, la BBC informaba que un misionero americano, Joseph W. Cooper, fue atacado por un grupo de extremistas hindúes pertenecientes al Rashtriya Swayamsevak Sangh, una organización asociada con el predominante BJP.

Más tarde se arrestó a dos activistas del RSS en el estado sureño de Kerala, donde el ataque tuvo lugar. La policía afirmó que Cooper fue rodeado por una banda armada de 10 personas cerca del local de reunión en la ciudad de Kilimanoor.

«La banda atacó a Cooper y a otros con esp
adas, palos y barras de hierro. Cooper sufrió un profundo corte en su mano derecha», afirmaba el portavoz de la policía. También fueron heridos un pastor local, su esposa y dos niños y otra persona.

Un grupo de obispos indios hará pronto su visita quinquenal «ad limina» a la Santa Sede. No hay duda de que tanto ellos como el Papa tendrán mucho de qué hablar.

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ZENIT Staff

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