ROMA, 11 abril 2002 (ZENIT.org).- El custodio de la Basílica de la Natividad de Belén ha lanzado un dramático grito en la tarde de este jueves para denunciar disparos contra el convento franciscano.
El padre Ibrahim Faltas llamó por teléfono a las 13.30 GMT al ministro general de la Orden de los Frailes Menores, fray Giacomo Bini, en Roma, para decirle que soldados israelíes comenzaron a disparar contra la basílica, la sacristía, y la cocina del convento, según ha podido saber Zenit.
El mismo padre Faltas llamó también a la agencia misionera Misna para lanzar un dramático llamamiento: «Están disparando contra el convento y contra nosotros. No sabemos lo que está sucediendo en el conjunto de la Natividad, hemos escuchado detonaciones, pero no sabemos lo que pasa ahí fuera».
«Han roto al menos cuatro ventanas de la residencia «Casa nova» –centro de acogida de peregrinos–, una ventana de la sacristía, han dañado también la cocina, disparan por todos los sitios… Nos siguen por doquier, nos movemos dentro del convento», revela el sacerdote.
Un portavoz militar israelí desmintió estas declaraciones: «Lo desmiento oficialmente. El Ejército israelí no disparó contra la basílica ni contra el convento», declaró el coronel Olivier Rafowicz, que se encontraba en Belén.
En un comunicado enviado a Zenit, fray Giacomo Bini ha denunciado que a los franciscanos se les ha «negado el permiso de entrar a la «Casa Nova»» y que «se teme que en el interior estén apostados los repartos especiales de ejército israelí».
«Desde del miércoles por la tarde se han terminado los recursos de agua y de víveres –sigue informando el superior franciscano–; no ha sido permitido el traslado del cadáver del joven palestino muerto; no ha sido posible atender adecuadamente al otro palestino gravemente herido»;
El fraile franciscano explica que «el servicio de energía eléctrica, que otros edificios adyacentes tienen, ha sido interrumpido desde hace varios días solamente en el Convento de los Franciscanos».
Ante esta situación dramática, el franciscano hace dos reivindicaciones fundamentales: una intervención humanitaria urgente y una solución negociada al encierro de los doscientos palestinos que irrumpieron hace diez días.
«Pedimos urgentemente que se permita a los palestinos salir de los edificios de la Natividad, garantizándoles la vida y permitiendo así a nuestras Comunidades continuar su obra de pacificación», afirma.
«Una tal solución abriría inusitadas posibilidades de diálogo, único instrumento para una convivencia civil entre israelíes y palestinos, aseguraría una honrosa salida a todas la partes en causa», concluye fray Bini.
