Los homosexuales y los derechos

La campaña de los grupos de homosexuales para obtener el reconocimiento de sus “derechos” se ha intensificado en los últimos meses. En muchos casos los esfuerzos se centran en la cuestión del matrimonio y la familia. Los homosexuales piden que sus uniones tengan el mismo valor legal que los matrimonios, e incluso exigen el derecho de poder adoptar niños, o utilizar las técnicas de fertilización artificial para engendrar sus propios hijos. Estas campañas representan un serio desafío al concepto cristiano del matrimonio y la familia, con serias consecuencias para la moral pública.

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El “matrimonio” homosexual
Esta semana Holanda dio un paso importante hacia el reconocimiento legal de las uniones de personas del mismo sexo. Según informó la agencia AP (12/9/00), la segunda cámara del parlamento concedió su aprobación, por 109 votos a favor y 33 votos en contra, a un proyecto de ley que equipara los derechos de los matrimonios homosexuales con los de los heterosexuales. La propuesta, que entrará en vigor en el año 2001, recibió, incluso, el apoyo de algunos diputados democristianos de la oposición. La nueva ley todavía tiene que recibir el apoyo de la primera cámara para entrar en vigor.
Esta propuesta va mucho más allá que las normativas en vigor en algunos países europeos como Noruega o Suecia, países donde las parejas gays ya pueden registrar su unión. En Europa hasta ahora sólo en Dinamarca, en 1989, se autorizaron los matrimonios homosexuales.
Hace dos años Holanda adoptó una ley que permite a las parejas del mismo sexo registrase como matrimonio y reclamar derechos de pensión, de seguridad social y de herencia. Sin embargo, ahora se propone otorgar una igualdad total entre los derechos de los matrimonios homosexuales y los heterosexuales. Así, por ejemplo, un matrimonio entre personas del mismo sexo podrá adoptar niños siempre que éstos sean del propio país y no procedan del extranjero. Los matrimonios homosexuales, que se casarán ante el ayuntamiento, también se podrán divorciar como los heterosexuales.
Según informó el periódico “El Mundo” (13/9/00), en un último intento, sin éxito, de paralizar el proyecto, un grupo de 86 profesores de Derecho de varios países publicó un llamamiento a los parlamentarios, advirtiéndoles de que si aprueban el matrimonio homosexual Holanda será una excepción a nivel mundial. “Ningún país es una isla”, afirma el manifiesto. Esta acción “tendrá consecuencias fatales no solamente en Europa, sino en todos los países”, pronostican los profesores.
La situación en otros países
Hace unos meses, como informó el “New York Times” (10/6/00), en Brasil las autoridades concedieron un reconocimiento a las uniones entre personas del mismo sexo. El país es el primero en la región que ha cedido a las presiones de los homosexuales en este campo. El gobierno ahora permitirá a las parejas la posibilidad de heredar la pensión y los beneficios sociales. De esta manera las personas que puedan probar que han estado en una unión estable serán tratadas por el seguro social de igual manera que una pareja heterosexual casada.
La concesión tuvo lugar mientras otra iniciativa más radical sigue pendiente ante el parlamento. La propuesta crearía vínculos civiles para las personas del mismo sexo y de esta manera sus uniones tendrían un reconocimiento legal. Sin embargo, la iniciativa ha sido muy criticada por la Iglesia católica como un acto hostil a la familia.
Mientras tanto en Israel, como comunicó el “Guardian” (30/5/00), la Corte Suprema otorgó a una pareja de lesbianas derechos iguales como madres hacia el hijo. La decisión de reconocer la adopción de un niño por parte de las mujeres sentó un precedente legal internacional. Hadas Tagari, de la Asociación de Derechos Civiles en Israel, comentó que la corte reconoció que un niño podía tener dos madres y de esta manera existe una aprobación indirecta de la “familia lesbiana”. Además la decisión fue novedosa porque las mujeres habían adoptado el niño en otro país, Estados Unidos.
Una de las mujeres dio a luz al niño en California, después de quedarse embarazada por inseminación artificial. Al volver a Israel, las autoridades denegaron la posibilidad de reconocer a las dos la categoría de madre del niño, algo que el tribunal ahora ha concedido. El periódico afirmó que en el país hay centenares de parejas homosexuales que buscan obtener los mismos derechos que los matrimonios heterosexuales de adoptar un niño.
Otro lugar donde discuten la cuestión de las parejas homosexuales es Alemania. Según informó la revista “The Economist” (29/7/00), el gobierno social demócrata ha introducido una propuesta de ley que contempla la concesión a las uniones entre personas del mismo sexo de los mismos derechos que los matrimonios tradicionales.
Se propone que los homosexuales que deseen comprometerse a una unión puedan registrarse ante el Estado. De esta manera recibirían los mismos privilegios en el campo de los impuestos, los beneficios sociales, la posibilidad de heredar bienes, etc. Sin embargo, no se les permitiría adoptar niños. El parlamento todavía debe debatir y votar este asunto.
Las iglesias y los matrimonios homosexuales
En Estados Unidos el debate sobre la cuestión de reconocer las uniones homosexuales ha dividido a algunas de las iglesias protestantes. En un artículo del “Washington Times” (19/6/00) se observó que en la última década algunos clérigos han presidido ceremonias de unión entre personas del mismo sexo.
En mayo de este año la Iglesia presbiteriana decretó que esas ceremonias no son verdaderos matrimonios, y por lo tanto pueden tener lugar sin violar las normas que prohiben las liturgias para matrimonios de los homosexuales. La decisión tuvo lugar después de una acusación debido a quince ceremonias de uniones entre personas del mismo sexo en una parroquia presbiteriana de Nueva York.
Dado que en Estados Unidos el Congreso aprobó una ley en 1996 que define el matrimonio como la unión entre un varón y una mujer, una iniciativa aprobada también por 31 de los estados, los grupos de presión de homosexuales están concentrando sus esfuerzos en lograr el reconocimiento de sus uniones por parte de las iglesias.
El año pasado 96 clérigos metodistas bendijeron la unión de una pareja lesbiana en una protesta contra las reglas de su iglesia. Aunque muchos fieles se quejaron por el hecho, un obispo metodista protegió a los clérigos contra las medidas disciplinarias.
Mientras, el “United Church of Christ”, que también permite la ordenación de homosexuales, da libertad a sus ministros de presidir las ceremonias, que afirman tienen la misma legitimidad que un matrimonio, entre personas del mismo sexo. También un grupo judío, los rabinos de “Reform Judaism”, votó en marzo de este año para permitir a los ministros presidir uniones homosexuales.
Sin embargo, otros muchos grupos han rechazado la legitimidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Además de la Iglesia católica, también los Bautistas del Sur niegan la posibilidad de tales ceremonias. Igualmente los metodistas votaron en su asamblea este año para confirmar su prohibición contra las uniones homosexuales.
Mientras tanto en el campo civil el debate sobre la nueva ley en el estado de Vermont, que a partir del pasado 1 de junio otorga una licencia civil válida para los beneficios financieros a las uniones homosexuales, sigue causando divisiones. La agencia AP (13/9/00) informó que en las elecciones primarias para designar a los candidatos en los comicios de noviembre, varios legisladores que apoyaron la iniciativa perdieron.
Cinco miembros de la legislatura de Vermont que votaron a favor de la ley fueron derrotados en su intento de ganar la elección, además de un demócrata. La decisión de dar un reconocimiento legal a las uniones entre personas del mismo sexo ha causado profundas divisiones en el estado y ha marcado el inicio de una campaña por parte de los que no están de acuerdo, bajo el lema “Take Back Vermont”.
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Contenido provisto por SEMANA INTERNACIONAL
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ZENIT Staff

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