Los motivos por los que Irak impidió en 1998 el viaje del Papa

Revelaciones del cardenal Roberto Tucci

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CIUDAD DEL VATICANO, 14 febrero 2003 (ZENIT.org).- El colaborador de Juan Pablo II que en 1998 negoció con las autoridades iraquíes la posible peregrinación pontificia a Ur de los Caldeos, en Irak, patria de Abraham, ha revelado los auténticos motivos que impidieron hacerse realidad aquel deseo del Papa.

El cardenal Roberto Tucci, que en aquella época era el encargado de la preparación de los viajes del Santo Padre, ha aceptado hablar por primera vez de lo sucedido en declaraciones al programa One-O-Five Live de Radio Vaticano.

«Las primeras reuniones, a nivel de viceministros del gobierno iraquí se centraron sobre el hecho de que, según ellos, el Papa, en el documento en el que expresaba su deseo de visitar los lugares de peregrinación de Abraham [la carta apostólica «Tertio Millennio Adveniente»] tenía una visión judeocristiana», explicó el cardenal.

«La visión adecuada según los exponentes iraquíes era la islámica, que es diferente a la presentada por el Antiguo Testamento y retomada principalmente por las cartas de San Pablo», añade el purpurado.

Tucci confiesa: «A nosotros nos pareció algo raro el que tuviéramos que discutir precisamente sobre esto».

«Ellos se apoyaban en un documento que había sido querido por el gobierno, firmado por estudiosos iraquíes, entre los que había algún cristiano, que sostenía la tesis del gobierno, según la cual, nuestra visión de Abraham no era totalmente justa».

«Luego surgieron otros motivos –sigue revelando el cardenal italiano–. Naturalmente echaron la responsabilidad sobre todo a los Estados Unidos y a Inglaterra, porque con el embargo y con la «no fly zone» […] se impedía al país organizar como es debido una visita papal».

«En particular decían que no se sentían con capacidades de garantizar la seguridad –aclara Tucci–. No podían decir que la visita del Papa no se hacía por prohibiciones de la ONU, de Estados Unidos, o de Inglaterra, porque ya sabíamos que si el Papa fuera a Irak la ONU o las potencias comprometidas en el control del desarme en Irak no crearían dificultades».

«Nos quedamos muy sorprendidos y al final no se llegó a una conclusión –recuerda–. No pudimos encontrarnos con personas más representativas, no pudimos encontrarnos con el jefe de Estado iraquí [Sadam Huseín]. Nos dieron a entender que la respuesta vendría después, y fue negativa».

«Creo que todos se quedaron sorprendidos de este «no» –constata el purpurado–. Incluso, en el mundo árabe, me consta que algunos jefes se maravillaron de esta respuesta. Por ejemplo, Yasser Arafat se sorprendió de esta negativa que parecía ir contra sus intereses. Me lo dijo cuando después fuimos a preparar el viaje del Papa a Tierra Santa».

Por último el cardenal desmiente algunas versiones de prensa publicadas en el pasado, según las cuales, fue el Vaticano quien abandonó el proyecto de peregrinación papal ante presiones de Irak sobre los discursos que debería pronunciar el pontífice.

«De esto no se habló –aclara Tucci–. No es verdad por tanto que se nos hubieran puesto condiciones que no podíamos aceptar. No fuimos nosotros –la delegación vaticana– quienes hicimos fracasar el proyecto. No nos pusieron condiciones que no podíamos aceptar».

El cardenal recuerda que Juan Pablo II tenía mucha ilusión por realizar aquella visita hasta el punto de que organizó en Roma una ceremonia «sustitutiva», una especie de peregrinación «virtual» a Ur de los Caldeos en el Vaticano (23 de febrero de 2000).

En una entrevista publicada este jueves por el diario italiano «Il Corriere della Sera», el viceprimer ministro Tarek Aziz volvió a mencionar los motivos de falta de seguridad a los que alude el cardenal Tucci para justificar la razón por la que el gobierno de Irak no invita al Papa a visitar su país.

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ZENIT Staff

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