Los movimientos en la Iglesia no son sectas, concluye un estudio científico

Numero monográfico publicado por la revista «Concilium»

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ROMA, 15 julio 2003 (ZENIT.org).- ¿Están surgiendo sectas dentro de la Iglesia católica con los nuevos movimientos o comunidades? Un estudio interdisciplinar, presentado por el último número de la revista «Concilium», responde negativamente a la pregunta.

La investigación realizada por el Comité científico de la revista ha sido dirigida por el historiador Alberto Melloni y se ha realizado involucrando a expertos en historia, teología, derecho canónico y sociología.

Al presentar el resultado de la investigación monográfica, que lleva por título «Los movimientos en la Iglesia», el padre Rosino Gibellini, director de la revista, explica a los micrófonos de «Radio Vaticano» que no se puede aplicar el esquema que califica de sectas a los nuevos movimientos.

El sacerdote explica que la investigación se hizo después de constatar que con frecuencia al referirse incluso dentro de la Iglesia a las nuevas realidades eclesiales, con frecuencia hay personas que afirman: «sí, pero sois como una secta».

Las nuevas realidades eclesiales (muchas no se identifican con el término «movimiento») han surgido en particular tras el Concilio Vaticano II y hoy día reúnen a millones de católicos en todo el mundo. Entre ellas, algunas de las más conocidas son Focolares, Camino Neocatecumenal, Comunión y Liberación, Comunidad del Emmanuel, Regnum Christi, Comunidad de San Egidio, grupos de la Renovación Carismática, Movimiento de Vida Cristiana, etc.

El estudio, aclara el teólogo, demuestra que «los movimientos son organizaciones religiosas. No son sectas, pues ante todo tienen por referencia a la autoridad de la Iglesia, es más, se diría que tienen un hilo directo con la guía de la Iglesia». Además, aclara, ofrecen un servicio humano y «estas dos referencias hacen que no pueda hablarse de ellos como de sectas».

El estudio del teólogo Alexandre Ganoczy, aclara el director, muestra que una secta «es una forma eclesial opuesta y alternativa: «nosotros somos ‘la’ Iglesia». En la practica, el carácter eclesial de estos movimientos no es opositivo o exclusivo, y por tanto no se puede utilizar el concepto de secta».

«No se puede continuar con la mentalidad que descalifica a estos movimientos, pues deben ser evaluados con el metro de un contexto eclesial abierto ».

«»Concilium», sin una análisis ideologizado, ha mostrado que estos movimientos deben ser integrados en este contexto eclesial abierto. Cada uno ofrece por tanto su contribución. El proceso, además, es abierto».

Tras la investigación, el teólogo concluye: «Creo que estos movimientos traen una revitalización del tejido comunitario cristiano».

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ZENIT Staff

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