Los niños marcados por el dolor movilizan un concierto solidario en el Vaticano

Con el patrocinio del cardenal secretario de Estado

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 21 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Por impulso del cardenal Tarcisio Bertone –secretario de Estado del Papa– un concierto solidario, celebrado en el Vaticano, ha querido subrayar el derecho fundamental de los niños a la salud, especialmente recordando a los que proceden de países en los que falta tal derecho por ausencia de medios o capacitación especializada.

Surgido bajo el patrocinio del purpurado italiano, «La luce dei Bambini» («La luz de los niños») es el nombre del proyecto solidario que apoya a la infancia que sufre.

Se concretó en el concierto solidario que, con la masiva asistencia de público en el Aula Pablo VI del Vaticano, hasta la medianoche del martes subrayó la Jornada Internacional por los Derechos de la Infancia, proclamados por la ONU.

Objetivo de la iniciativa musical ha sido proporcionar al Hospital Pediátrico Bambino Gesù (http://www.ospedalebambinogesu.it) de Roma un angiógrafo digital específico, valorado en cerca de dos millones de euros, para los niños afectados de cardiopatías congénitas.

Los médico de la entidad hospitalaria están especialmente comprometidos con los niños carentes de medios en Misiones Humanitarias en los cinco continentes.

También por ello se ha querido transformar este llamamiento solidario en un lenguaje universal, el de la música.

Bajo la batuta de Ennio Morricone –Oscar 2007 a su carrera–, la Orquesta Roma Sinfonietta, el Coro Claudio Casini de la Universidad de Estudios de Roma Tor Vergata y el Nuevo Coro lírico sinfónico Romano interpretaron piezas de cintas representativas de cine de compromiso, trágico, lírico, épico, y otras partituras religiosas, concretamente marianas.

La conocida artista portuguesa Dulce Pontes puso su voz en diversos momentos de la espectacular ejecución.

Más de un centenar de niños distribuyeron entre los miles de asistentes rosas blancas –traidas de Ecuador–, símbolo de la pureza e inocencia de los niños, confiada al mundo de los adultos.

La banda de los Carabineros se encargó de la apertura de la animada velada musical, que presidió el cardenal Bertone; junto a éste, el doctor Fracesco Silvano, presidente del citado hospital.

En manos de todos los asistentes, las palabras del purpurado encabezaron el programa: «¿A quién confiaremos nuestro futuro? ¿Qué mundo merece hasta un niño solo? Aquí está en juego algo muy profundo –escribe–, esto es, cómo concebimos, en último análisis, el ser hombres: como un ilimitado egoísmo o como una libertad confiada que llama a la comunión del amor y a la libertad de compartir».

«¡La fe cristiana nos convence de que nuestro mundo no ha sido ganado irremediablemente por la hostilidad hacia la vida!», reafirma.

Y aunque avance la «cultura del egoísmo», «existe también quien acoge a los niños con alegría, bendiciendo el Cielo y sonriendo a cada don de Dios»; «hay quien incluso abre el corazón y acoge a los niños marcados por el dolor y la discapacidad y hace familia con ellos: son hechos de este tiempo, son flores de nuestra época», confirma.

Numerosas entidades y particulares se han hecho partícipes, de diversas formas, de esta iniciativa de solidaridad apoyando la adquisición de la moderna instrumentalización para el hospital infantil.

El proyecto solidario, en su agradecimiento, expresa: «Existe una luz que ilumina la mirada de todos los niños del mundo, haciendo visible sus necesidades, sus dificultades, sus derechos. Contribuir a mantener encendida esa luz significa reconocer a los niños el derecho de vivir como tales, ofreciéndoles una esperanza de vida mejor».

Por Marta Lago

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ZENIT Staff

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