Los obispos alemanes ante los casos de abuso sexual

Comunicado del presidente de la Conferencia Episcopal tras su audiencia con el Papa

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes 12 de marzo de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos el comunicado del presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, monseñor Robert Zollitsch, tras la audiencia que le concedió Benedicto XVI este viernes en el Vaticano.

 

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Como todos los años, tras la asamblea plenaria de primavera de la Conferencia Episcopal Alemana, he tenido hoy un coloquio con el Papa Benedicto XVI para informarle sobre los temas más importantes. Por este motivo, he informado al Santo Padre sobre los casos, conocidos en las semanas pasadas, de trato pedagógicamente violento y de abuso sexual a menores en la Iglesia católica en Alemania. Con gran tristeza y profunda conmoción el Santo Padre ha recibido mi informe.

Para mí ha sido importante dejar claro que los obispos están profundamente conmocionados por los abusos que se han verificado en ambientes eclesiales. Precisamente hace unas semanas pedí perdón a las víctimas, algo que hoy repito una vez más en Roma. He informado al Santo Padre sobre las medidas que hemos adoptado. Le doy las gracias por haberme alentado a continuar en la aplicación de este plan de medidas con tenacidad y valentía.

Queremos descubrir la verdad y llegar a una aclaración legal, sin falsas interpretaciones, incluso cuando se nos presentan casos que se remontan a un pasado lejano. Las víctimas tienen este derecho.

Seguimos las «Directivas de la Conferencia Episcopal Alemana sobre el procedimiento en casos de abusos sexuales sobre menores perpetrados por eclesiásticos». Ningún país tiene estas directivas. Aseguran a las víctimas y a sus familiares una ayuda humana, terapéutica y pastoral, que se adapta individualmente. En cada diócesis hay una persona de referencia para dirigirse a ella. Actualmente estamos estudiando cómo es posible mejorar la selección de esta personas.

Además, estamos reforzando la prevención. Pedimos a las parroquias y, en particular, a los responsables de nuestras escuelas y de la pastoral juvenil que promuevan una cultura de atenta observación. Me alegra el hecho de que la ministra de la Familia y el de la Cultura hayan organizado un gran mesa redonda con los grupos sociales más relevantes, el 23 de abril de 2010, en Berlín, para afrontar el problema del abuso sexual, prestando particular atención a las posibles medidas de prevención. Naturalmente la Conferencia Episcopal estará presente. Hace dos semanas expresé aprecio, en una entrevista a un periódico, por esta gran mesa redonda.

Un cuarto punto de las medidas que hemos adoptado afecta a nuestra responsabilidad. Por este motivo, hemos nombrado al obispo de Tréveris, monseñor Stephan Ackermann, como encargado especial de la Conferencia Episcopal Alemana para todas las cuestiones ligadas a los abusos sexuales. También el Santo Padre ha acogido favorablemente esta decisión.

Permitidme que confirme algo una vez más claramente: no huimos de nuestras responsabilidades y no podemos excusar a nadie por los casos acaecidos. Sin embargo, en estos momentos, en Alemania estamos teniendo conocimiento de un numero notable de acciones de abuso, en el ámbito pedagógico, y de casos de abusos sucedidos en el pasado, que van mucho más allá del ámbito de la Iglesia católica. Esto nos refuerza a nosotros, los obispos, en la voluntad de buscar un diálogo con el mayor número posible de agentes del escenario social para aclarar y poder prevenir.

De esto forma parte también el apoyo de la Iglesia a las autoridades judiciales estatales para perseguir los abusos sexuales contra menores. Invitamos a los sacerdotes y a los empleados laicos de nuestras instituciones eclesiásticas, así como a los voluntarios, a autodenunciarse cuando puedan darse hechos significativos. Nosotros informaremos a las autoridades judiciales. Sólo renunciaremos a hacerlo en circunstancias extraordinarias, por ejemplo, cuando corresponde al deseo expresado por la víctima. Dado que las competencias que afectan al proceso penal estatal y al proceso eclesiástico se presentan continuamente de manera equivocada, deseo una vez más precisar: en caso de sospecha de abusos sexuales existe un proceso penal estatal y un proceso eclesiástico. Afectan a ámbitos jurídicos diferentes, y están totalmente separados y son independientes el uno del otro. Evidentemente el proceso eclesiástico no es superior al estatal. El resultado del proceso eclesiástico no tiene influencia alguna en el proceso estatal, ni afecta al apoyo que la Iglesia ofrece a las autoridades judiciales estatales.

Doy las gracias al Papa Benedicto XVI por su apoyo expresado a la acción decidida de la Conferencia Episcopal Alemana. Nos alienta a continuar con coherencia en el camino emprendido para lograr una claridad completa y rápida. En particular, nos pide que sigamos de manera continua las orientaciones adoptadas y, si es necesario, que las mejoremos. El Papa Benedicto XVI también ha apreciado expresamente nuestro plan de medidas. Salgo reforzado de este coloquio de hoy y confío en que estamos avanzando en el camino de curación de las heridas del pasado.

[Traducción de Jesús Colina]

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ZENIT Staff

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