Los obispos católicos y anglicanos contra un proyecto de ley de eutanasia en Inglaterra

Al que califican de «desacertado» e «innecesario»

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LONDRES/WESTMINSTER, jueves, 9 septiembre 2004 (ZENIT.org).- La Iglesia de Inglaterra y la Conferencia de los Obispos Católicos de Inglaterra y Gales han unido sus fuerzas para pedir al Parlamento que no modifique la ley en materia de eutanasia, porque permitiendo un suicidio asistido se minaría la protección de los más débiles.

En una declaración conjunta –fechada el 2 de septiembre de 2004—, enviada al Comité de la Cámara de los Lores para el proyecto de ley sobre muerte asistida para enfermos terminales («Assisted Dying for the Terminally Ill Bill»), los representantes de las dos Iglesias califican el texto de «desacertado» e «innecesario».

Advierten igualmente que la eventual norma dañaría la relación de confianza entre médico y paciente. El Comité fue instituido para considerar un proyecto de ley propuesto por Lord Joffe.

La declaración conjunta de los obispos anglicanos y católicos afirma: «Es profundamente desacertado proponer una ley por la cual sería legal que los enfermos terminales sean asesinados o ayudados a suicidarse por aquellos que les cuidan, aunque se asegure que ello podría ser autorizado sólo por el enfermo terminal».

«Dar este paso básicamente minaría las bases de la ley y de la medicina y el deber del Estado de atender a los más débiles –observa–. Se correría el riesgo de una gradual erosión de los valores y con el tiempo el frío cálculo de los costes de atender de manera adecuada a los enfermos y ancianos se convertiría en una amenaza».

«El resultado es que muchos enfermos o moribundos se sentirían un peso para los demás. El derecho a morir se convertiría en un deber de morir», añade.

La declaración conjunta recalca igualmente que «el proyecto de ley es innecesario»: «cuando la muerte es inminente e inevitable, actualmente no existe obligación legal o moral alguna de suministrar un tratamiento inútil o costoso. Es tanto moral como legal proporcionar el necesario alivio al dolor, si bien es probable que de esta forma la muerte se acelere. Pero esto no es homicidio o suicidio asistido».

«De lo que tienen necesidad los enfermos terminales es que se les atienda, no que se les mate: necesitan cuidados paliativos, que comprenden sistemas adecuados y eficaces de alivio del dolor. Necesitan ser tratados con la compasión y el respeto que este proyecto de ley pondría en peligro», se lee en la declaración.

En la carta que la acompaña, dirigida al presidente del Comité –Lord Mackay–, el doctor Rowan Williams –arzobispo anglicano de Canterbury— y el cardenal Cormac Murphy-O’Connor –arzobispo católico de Westminster–, afirman: «Creemos firmemente que el respeto por la vida humana en todas sus etapas es la base de una sociedad civil».

«Las consecuencias a largo plazo de cualquier modificación en la ley para permitir la eutanasia en circunstancias limitadas serían inmensamente graves», alertan.

El texto íntegro de la declaración conjunta está disponible en inglés en la página web de la Conferencia de los Obispos Católicos de Inglaterra y Gales (www.cbcew.org.uk).

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ZENIT Staff

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