Los obispos colombianos piden más igualdad para la mujer

No bastan las leyes, se necesita un cambio de mentalidad

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BOGOTÁ, martes 8 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Con motivo de la fiesta del Día Internacional de la Mujer, la Conferencia episcopal de Colombia, publicó ayer una carta en la que focaliza el rol de la mujer y busca sensibilizar para que las conquistas legales obtenidas se transformen en un cambio de mentalidad que lo reconozca en la vida diaria.

El documento redactado por la Secretaría nacional de Pastoral Social recuerda que “el reconocimiento de los derechos de las mujeres en Colombia nos permite darnos cuenta que no es suficiente con tener los mecanismos legales si no estamos preparados como ciudadanos y ciudadanas para buscar el goce efectivo de los mismos en una mirada global, es decir que nos incluya a todos y a todas”.

La campaña sobre el día internacional de la mujer este año, se titula “20 años de camino hacia la equidad de género en Colombia” debido a que la fecha coincide con las dos décadas de la promulgación de la actual Constitución. 

Secretariado Nacional de Pastoral Social quiere así brindar pautas “para generar una reflexión sobre cómo avanzar hacia el logro de una auténtica equidad entre hombres y mujeres en Colombia, como aporte a la construcción de gobernabilidad local y nacional para caminar hacia la paz”.

“La Constitución Política de 1991 – indica el documento – favoreció algunos avances en materia de reconocimiento de derechos para las mujeres. Si bien no constituyen un nivel ideal, al menos, constituyen un primer paso en el avance en este tema”. 

Por ello considera que la coincidencia de las fechas puede servir para “visibilizar los logros, las dificultades y los retos que vive la sociedad  para conseguir que las mujeres alcancen el pleno reconocimiento de sus derechos en igualdad de condiciones que los hombres en todos los aspectos de la vida pública y privada”.

Lo que se traduce en “una mayor participación en la construcción del mundo desde la mirada y la actuación femenina, pues su aporte, brinda una riqueza que da la integralidad capaz de transformar y enriquecer todos los espacios sociales”. 

El documento reafirma dicho concepto citando a Juan Pablo II cuando en 1995 en el mensaje para la Jornada Mundial de la paz afirmaba: “Las mujeres tienen pleno derecho a insertarse activamente en todos los ámbitos públicos y su derecho debe ser afirmado y protegido incluso por medio de instrumentos legales donde se considere necesario”.

Logros importantes

El documento analiza algunos logros importantes de Colombia a través de la Constitución, como: proclamarse como un Estado Social de Derecho; reconocer derechos ambientales, políticos, culturales y étnicos de todos los ciudadanos y ciudadanas, incorporando mecanismos reales para su aplicación. El énfasis en la familia, priorizando la vida como valor fundamental y excluyendo la pena de muerte.

También reconoce novedosas formas de actuación de los ciudadanos; creación de instituciones; reconocimiento de los derechos de poblaciones y sectores tradicionalmente marginados, un pacto de paz sin precedentes en Colombia, “producto de un acuerdo de voluntades entre las diversas fuerzas sociales”.

No faltan entretanto –señala el documento- demasiadas reformas a la Carta Magna, lo que es considerado un signo de inestabilidad. Además la aplicación y alcance de la Constitución son afectados por problemas como la corrupción administrativa, el narcotráfico, la violación de los derechos humanos y la vulneración del derecho internacional humanitario por parte de organismos estatales y no estatales.

“De ahí que sea imperativo regresar a las bases de la Carta Política para lograr resolver los graves problemas que afronta el país” exhorta el documento,  teniendo como objetivos dar condiciones dignas de vida para todos, mayor equidad, superación del conflicto, reparación a las víctimas “a fin de afianzar la democracia para alcanzar el estado social de derecho”.

Avances en favor de la mujer

Por lo que se refiere a la mujer el documento indica diversos logros, que apoyan su autoridad, la erradicación de la violencia de género e intrafamiliar, una cuota de acceso a los cargos públicos; el la propuesta de mejorar su calidad de vida, favorecer la equidad entre hombres y mujeres incluso rurales, igualdad de oportunidades y un Observatorio de Asuntos de Género permanente. Erradicar la discriminación de la mujer creando además una “Mesa Interinstitucional para Erradicar la Violencia contra las Mujeres».

Por ello se considera “que el ejercicio de la ciudadanía compete tanto a los hombres como a las mujeres” respetando la equidad pues por motivos estructurales muchas veces no se respeta “el valor o la riqueza de los aportes de unos y otras en igualdad de condiciones”

El documento concluye invitando a reflexionar “de manera conjunta (hombres y mujeres), sobre cuál debe ser el camino que necesitamos recorrer como personas, como familias y como sociedad para alcanzar una equidad real que otorgue derechos, deberes, oportunidades, responsabilidades, tanto para los hombres como para las mujeres de forma que se reconozca y se viva plenamente la dignidad humana”.

Y recuerda las palabras de Juan Pablo II en la Carta a las Mujeres con ocasión de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de Pekín en 1995: “Expreso mi admiración hacia las mujeres de buena voluntad que se han dedicado a defender la dignidad de su condición femenina mediante la conquista de fundamentales derechos sociales, económicos y políticos. 

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ZENIT Staff

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