Los obispos de Bolivia piden una «tregua social» para salvar la democracia

Tras el anuncio de renuncia del presidente Mesa

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LA PAZ, martes, 8 marzo 2005 (ZENIT.org).- Ante el anuncio de la renuncia del presidente de Bolivia, Carlos Mesa, la Conferencia Episcopal de Bolivia ha hecho este martes un llamamiento a la «tregua social» para afrontar los desafíos nacionales urgentes «con la necesaria, serenidad y eficacia».

«En los últimos días todos somos testigos de posiciones y medidas radicales que provocan una situación de incertidumbre general. Los hechos recientes de presión social y la renuncia del presidente de la República, reflejan el momento extremo al que estamos llegando los bolivianos», reconocen los prelados.

«Esta situación de disgregación política y social, pone en riesgo la estabilidad democrática y la propia institucionalidad del país», afirma la nota episcopal.

«No podemos seguir en actitudes de enfrentamiento que nos están llevando al borde del abismo», afirman. «La coyuntura reclama corresponsabilidad y patriotismo, madurez humana, social, política y espiritual; un esfuerzo sincero por parte de todos, en actitud de desprendimiento y desarme espiritual».

«Ratificamos nuestra confianza en el sistema democrático como el mejor espacio de convivencia fraterna entre bolivianos; ha llegado la hora de retomar el diálogo y la capacidad de concertación; es necesario asumir la corresponsabilidad del grave momento que vivimos desde las organizaciones sociales, políticas, institucionales, nacionales y regionales, para defender lo que hasta hoy hemos logrado», afirma el texto.

La Conferencia Episcopal Boliviana pide «a todos los actores sociales y políticos una tregua social para encarar los temas nacionales urgentes con la necesaria serenidad, seriedad y eficacia».

En particular, les pide una «nueva actitud» para superar «prejuicios e intereses personales», «capacidad de escucha», y «desprendimiento sincero».

«Le expresamos a la comunidad nacional e internacional, nuestra firme convicción y confianza en que el pueblo boliviano será capaz una vez más de superar estas dificultades, conquistando una mayor madurez y cultura democrática, que nos permita contribuir a una paz duradera, basada en la justicia, la verdad, la solidaridad y el amor», concluye el documento.

Mesa se convirtió en presidente boliviano en octubre del 2003, ante la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada, quien cayó en medio de sangrientas protestas sociales contra un proyecto de exportación de gas natural.

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ZENIT Staff

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