Los obispos de Honduras presentan los motivos de esperanza para su país

Carta pastoral sobre los desafíos de la situación que atraviesa el país

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TEGUCIGALPA, martes, 7 marzo 2006 (ZENIT.org).- «Por lo caminos de la esperanza» es el título de la carta pastoral de la Conferencia Episcopal de Honduras, publicada el 1 de marzo del 2006, dirigida a todos los gobernantes hondureños, a los partidos políticos y a todos los miembros de la sociedad civil sobre la situación social del país.

El mensaje ha tenido un fuerte impacto en los medios de comunicación de América Latina y ha sido republicado por la agencia de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, «Fides».

Los obispos de Honduras comparten «reflexiones sobre el rumbo del país» y quieren «manifestar su solidaridad con las preocupaciones, problemas y angustias del pueblo y brindar nuestro apoyo a todos los que dedican su tiempo, capacidades y esfuerzos para alcanzar un desarrollo humano integral y sostenible».

En cuanto a la realidad del país los obispos consideran que para construir una nación justa es necesario ante todo mirar el pasado «para aprender de los aciertos y errores» y a la vez, dirigir una «mirada profunda a la realidad actual de nuestro pueblo».

Al analizar esta situación, los prelados ven muchos puntos críticos como son: la injusta distribución de la riqueza, la baja calidad o insuficiencia de la educación, la deficiencia en los servicios de salud, la explotación irracional y el aprovechamiento ilícito de los recursos naturales, la corrupción generalizada, el olvido del bien común de la justicia, de la solidaridad y a perdida del valor sagrado de la vida.

Se trata de causas de «un continuo empobrecimiento de nuestra población y un flujo constante de hondureños hacia el exterior en busca de mejores condiciones de vida».

Por ello los obispos presentan los criterios éticos y principios fundamentales que «son la base de toda convivencia política, las líneas orientadoras del desarrollo y los criterios de un buen gobierno».

Estos principios son el bien común, la dignidad de la persona humana, la justicia, la verdad, la libertad, la solidaridad y la subsidiariedad.

A continuación invitan los obispos a todos los actores de la sociedad a asumir las siguientes prioridades, indispensables para conseguir un futuro mejor: erradicar la pobreza; impulsar una economía social; resolver la cuestión agraria; lograr un desarrollo económico equitativo; superar el déficit educativo; mejorar los servicios de salud para todos; consolidar la democracia; consolidar la gobernabilidad del país; erradicar la corrupción; garantizar la seguridad ciudadana; proteger y racionalizar el uso de los recursos naturales; fortalecer la identidad nacional.

«Pongámonos en marcha «por los caminos de la esperanza»» exhortan los obispos. «Las prioridades señalas son urgentes y complejas. Sólo se alcanzarán en la medida en que el pueblo, el gobierno, los partidos políticos, las organizaciones sociales y profesionales y las ONGs pongamos nuestras energías al servicio del desarrollo humano integral de todos».

«Nosotros ofrecemos nuestra oración y nuestra colaboración al pueblo y al gobierno para alcanzar las metas propuestas» concluyen los prelados.

[El texto puede leerse en la página web de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos http://www.evangelizatio.org]

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ZENIT Staff

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