Los obispos españoles preparan un documento sobre el terrorismo

En estudio durante la 79 Asamblea Plenaria

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MADRID, 19 noviembre 2002 (ZENIT.org).-
Dada la urgencia de la materia, el episcopado español está dando prioridad a la elaboración de un documento sobre el terrorismo y la aportación de la Iglesia a su erradicación, siempre orientado a la «consecución de la paz, la unidad y la solidaridad de todos en toda España».

Aunque se desconoce si podrá ser aprobado ahora, forma parte de los trabajos enunciados por el presidente de la Conferencia Episcopal española (CEE) –el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco–, reunida toda la semana en su 79 Asamblea Plenaria, cita a la que acuden todos los obispos españoles dos veces al año.

La importancia del Catecismo de la Iglesia Católica, diez años después de su aparición, fue otra de las cuestiones abordadas por el purpurado en su discurso inaugural. «Texto de referencia seguro y auténtico para la enseñanza de la doctrina católica», se trata de un instrumento providencial que puso Juan Pablo II «en nuestras manos para la renovación y futuro de la Iglesia, tras las huellas del Vaticano II», constató monseñor Rouco.

En el inicio de la Asamblea Plenaria, el presidente de la CEE hizo patente su alegría por el próximo viaje del Papa al país, previsto para la próxima primavera. Convencido de que será una oportunidad de gracia para la Iglesia española, alentó a preparase para esta visita espiritual y pastoralmente.

«Veinte años después de su primera visita, le esperamos expectantes aquí, en España, la “tierra de María”», recalcó el prelado recordando con afecto y agradecimiento los viajes apostólicos del Santo Padre al país, empezando por el de 1982, cuyas «enseñanzas mantienen intacta su actualidad, destinadas a seguir respondiendo hoy a las urgencias y responsabilidades de la evangelización».

«Asistimos a un momento histórico de preocupante avance de un humanismo secularista que aboca a la negación de la dimensión trascendente de la persona y al fenómeno de la despersonalización, que se adueña también de no pocos cristianos», explicó.

«Es una de las causas, en el ámbito personal y familiar, que conducen, en muchas ocasiones, al debilitamiento de la fe o a una profunda crisis religiosa», constató el purpurado trazando el contexto en el que se sitúa actualmente la misión evangelizadora de la Iglesia en España.

«Para ser fieles a nuestra misión –invitó el presidente de la CEE– urge ofrecer con claridad y caridad evangélicas el anuncio explícito de Jesucristo para que los que están siendo probados por una cultura hostil al Evangelio no desfallezcan, y para que los alejados y aquellos a los que nunca ha llegado la buena noticia del Señor resucitado, puedan conocer y acoger la salvación».

Además recordó que «como Iglesia evangelizadora hemos cooperado al afianzamiento del marco democrático de libertad y de solidaridad, establecido en la Constitución Española, iluminados por las enseñanzas del Concilio Vaticano II y por la Doctrina social de la Iglesia».

El cardenal Rouco afirmó que, al prestar en la sociedad española actual, el servicio del Evangelio de la Vida y la Esperanza, la Iglesia no ha buscado ni busca privilegios, «sino un espacio de real y de positiva libertad para el ejercicio específico de su misión».

Esa misión se realiza a través del culto –celebrando los Misterios de la Salvación–, de la enseñanza y de la caridad, «haciendo visible el amor de Cristo –tal como lo diseñan los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español de 3 de enero de 1979–, promoviendo la presencia activa y entregada de los católicos a las causas más nobles de una sociedad justa, próspera y solidaria, atentos a los signos de los tiempos y, de una manera singular, con la función de despertar y alertar la conciencia de las necesidades de los más desfavorecidos», subrayó.

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ZENIT Staff

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