Los obispos europeos advierten: “estamos ante una profunda crisis espiritual”

Termina la Plenaria de la COMECE

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BRUSELAS, viernes 14 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- «La actual crisis financiera pone de manifiesto una profunda crisis espiritual y un conjunto equivocado de valores». Así lo afirman los obispos de Europa al concluir este viernes la Asamblea Plenaria del Comité de Representantes de las Conferencias Episcopales de Europa (COMECE), celebrada estos días en Bruselas.

La crisis actual se refleja en Europa en una triple vertiente, según el análisis realizado estos días por los prelados: por un lado, «el resultado del referéndum irlandés, que ha suspendido el Tratado de Lisboa y la reforma institucional de la UE»; por otro lado, «la crisis geopolítica surgida del conflicto del Cáucaso», y en tercer lugar, «la crisis financiera y económica».

Centrándose en esta última, los obispos señalan con pesar que «el sentido y el valor de trabajo humano han sido arrinconados por la lucha generalizada por el beneficio».

El presidente de la COMECE, monseñor Adrianus Van Luyn, obispo de Rotterdam, ha advertido que no se subestime la crisis, porque lo que se está cuestionando es todo el modelo de sociedad occidental.

«Quien considere que la causa de la crisis financiera reside solo en una falta de transparencia y de responsabilidad legal, quizás pasa por alto el hecho de que es nuestro modelo social lo que está siendo puesto en duda», añadió.

«Un modelo económico que está basado en el consumo continuado e ilimitado de recursos limitados sólo puede acabar mal», añadió.

En este sentido, los obispos creen que el debate sobre el cambio climático «ofrece la oportunidad de cuestionar el estilo de vida de la sociedad occidental», ya que «pone la pregunta por la supervivencia de una gran parte de Humanidad».

Es necesario, por tanto, «persuadir no sólo las mentes, sino también los corazones de ciudadanos, y convencerlos de que se distancien del modo de vivir predominante en nuestros países, demasiado enfocados hacia el consumo».

La importancia del domingo

Otro de los temas tratados, dentro de la preocupación general por las repercusiones de la crisis, fue el respeto del domingo como día festivo, cuestión que esta previsto debatir en el Parlamento Europeo el próximo mes de diciembre.

Los obispos europeos piden que se respete el descanso dominical «como uno de los fundamentos del orden social europeo», así como «una forma de equilibrarla vida familiar y laboral», frente a recientes legislaciones europeas que amenazan al domingo por cuestiones políticas o simplemente consumistas.

En este sentido, apelan a la «responsabilidad de los miembros del Parlamento» para que incluyan la protección al domingo en la Directiva sobre el horario laboral, especialmente en estos momentos de crisis.

Por último, los prelados piden a Europa que se implique mayormente en la defensa de la minoría cristiana de Irak, y lamentan que Europa «no se esfuerce lo suficiente» para exigir a terceros países el respeto de la libertad religiosa.

 

Por Inma Álvarez

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ZENIT Staff

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