Los obispos filipinos aseguran su solicitud pastoral a la presidenta reelegida en el país

MANILA, jueves, 1 julio 2004 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal filipina, monseñor Fernando Capalla, a través del secretario general del organismo –monseñor Hernando Coronel–, ha hecho llegar a Gloria Macapagal-Arroyo la felicitación de los obispos filipinos en vísperas de su investidura como presidenta del país.

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«Hemos estado alerta y orado mucho antes, durante y después de las elecciones nacionales del 10 de mayo, especialmente en la fase de recuento de votos al parlamento», reconoce monseñor Coronel, según cita «AsiaNews».

«Nos unimos al pueblo filipino en la deseada conclusión del ejercicio electoral, alcanzada con la proclamación de Su Excelencia la mañana del 24 de junio pasado», admite.

«Esté segura de la solicitud pastoral de los obispos –añade el prelado–, sobre todo en los programas que alivien la pobreza de hombres y mujeres de nuestro país».

Durante el período de campaña, Macapagal-Arroyo hizo hincapié en un programa para los pobres para sus seis años de mandato. Entre otros puntos incluye «medicinas más baratas», «agua potable para los pueblos», «préstamos para micro-proyectos» y «un millón de puestos de trabajo».

Desde el miércoles pasado, Gloria Macapagal-Arroyo es oficialmente la 14º presidenta de Filipinas. El ex presidente de la televisión nacional Noli (Manuel) de Castro, apoyado por la presidenta, fue elegido por el electorado como vicepresidente –en Filipinas los dos máximos cargos del Estado se eligen con votos separados–.

Inestabilidad política, corrupción, evasión fiscal, pobreza, una guerrilla comunista y la de dos grupos islámicos están entre los desafío que deberá enfrentar la nueva presidenta en los próximos seis años, resume «Misna».

Hija del ex presidente Diosdado Macapagal, formada en Relaciones Internacionales en los Estados Unidos y licenciada en Economía, Gloria Macapagal-Arroyo, de 57 años, ha declarado su intención de poner las bases para una gran clase media, aumentando las financiaciones privadas y gubernamentales para tres millones de empresarios.

Como se ha mencionado antes, igualmente ha prometido medidas a favor de los más de 45 millones de ciudadanos –más de la mitad de la población nacional– que viven con dos dólares al día.

Elegida vicepresidenta en 1998, Gloria Macapagal-Arroyo se hizo cargo del gobierno del país tres años después, tras la dimisión del entonces presidente Joseph Estrada, acusado de corrupción y rechazado por la Iglesia y por la clase media.

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ZENIT Staff

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