SAN GALLO (SUIZA), martes, 31 mayo 2005 (ZENIT.org).- Mientras los ciudadanos franceses se pronunciaban en el referéndum sobre el Tratado constitucional europeo, obispos de todo el continente se reunían en Suiza para tomar el termómetro de la fiebre espiritual del viejo continente.
Ante el «no» expresado por la mayoría de esos electores y sus consecuencias para el proceso de unificación, los secretarios generales de las Conferencia Episcopales de Europa consideran que la Iglesia debe emprender «urgentemente» «una fase de profundización en la «visión» de la unificación europea».
«Si hemos dejado a nuestras espaldas un tiempo dominado por el comunismo, hoy vivimos una situación de inseguridad con respecto a la «revolución cultural» que se está realizando a nuestro alrededor», han afirmado los representantes episcopales.
En el encuentro, celebrado en San Gallo (Suiza), del 26 al 30 de mayo, los secretarios han reconocido que «si bien no faltan signos de esperanza para el futuro de la Iglesia en Europa», la radiografía que han trazado «no esconde incertezas y preocupaciones».
«La percepción de la pérdida de los puntos de referencia, el vacío de fundamentos, el resquebrajamiento de los valores y un cierto pragmatismo ético, la difusión de experiencias religiosas ambiguas, sectarias, del antisemitismo, y una creciente nueva pobreza desorienta y suscita fuertes preocupaciones para el futuro de Europa», afirma el comunicado distribuido al concluirse la asamblea.
«De hecho –reconocen los secretarios–, parece que algunas tendencias de fondo a nivel económico y sociopolítico están desarrollando una nueva antropología que diverge de los valores cristianos».
«Teniendo en cuenta la nueva búsqueda de sentido y de espiritualidad –añaden las conclusiones–, se hace urgente realizar una confrontación con la cultura moderna y los fenómenos de la secularización. El testimonio coherente de la belleza del Evangelio de Jesucristo es el primer don que los cristianos pueden ofrecer a Europa».
Los representantes de los obispos revelan que han puesto su mirada, no sólo en el referéndum francés, sino también la consulta popular que tendrá lugar en Suiza, el 5 de junio, sobre la posibilidad de crear un registro civil para las parejas homosexuales.
«Sólo con el binomio «innovación y tradición» se podrá afrontar la fuerte descristianización que tiene lugar en el continente europeo», afirman las conclusiones.
«Innovación y tradición no son dos alternativas que van una contra otra, sino dos conceptos intrínsecamente unidos –aclaran–. Es necesario ser siempre innovadores en la transmisión de la fe», han subrayado los participantes.
Afrontando en particular los interrogantes que plantea la bioética, los obispos se han preguntado cuál es la actitud que tiene que tener la Iglesia ante la nueva cultura que se contrapone al modelo antropológico cristiano.
«Por este motivo es absolutamente necesario y urgente el que la Iglesia se ponga en diálogo con la ciencia, y contribuya a una toma de conciencia en la opinión pública», añade el comunicado.
El Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa, que convocaba el encuentro, reúne a 34 conferencias del viejo continente.
