Los obispos y el informe del Europarlamento sobre salud sexual

Comunicado de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea

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BRUSELAS, 3 julio 2002 (ZENIT.org).- Publicamos el comunicado de prensa distribuido este miércoles por la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), tras la adopción por parte del Parlamento Europeo de un informe sobre salud sexual y reproductiva que busca imponer el aborto en los países de la Unión Europea y en los candidatos a formar parte de la misma.

Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE)
Comunicado de prensa, 3 de julio de 2002
Sobre la adopción por el Parlamento Europeo de un Informe sobre salud sexual y reproductiva y los derechos en esta materia

3 de julio de 2002

El Secretariado de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE) lamenta la adopción, el 3 de julio de 2002, por parte del Parlamento Europeo en Estrasburgo del informe de Anne Van Lancker, MPE, sobre salud sexual y reproductiva y los derechos en esta materia (A5-0223/2002) por 280 votos a favor, 240 en contra, y 28 abstenciones.

El Secretariado de la COMECE ha seguido con mucho interés e inquietud la redacción de este informe y la discusión que le ha rodeado.

El informe plantea muchas cuestiones serias. Consideramos, por tanto, totalmente lamentable el que estas cuestiones queden obscurecidas por un cierto número de afirmaciones polémicas basadas en conclusiones discutibles de un estudio inadecuado, como admite el mismo informe. Lamentamos en particular que el informe lance un llamamiento a legalizar el aborto y a hacer más accesible la píldora del día después en todos los Estados miembros y en los países candidatos. Lamentamos, también, la contradicción existente entre las garantías expresadas en el informe sobre el respeto de la subsidiariedad y de una actitud inclusiva ante la salud sexual y, por otra parte, su apoyo a una actitud reductora a la hora de distribuir servicios en materia de derechos sexuales y reproductivos en los Estados miembros y en los países candidatos.

La Iglesia católica considera que la salud de todas las mujeres, hombres, y niños, en toda etapa de su vida, es de la mayor importancia. Defiende una actitud integral, basada en la armonización de cuidados médicos, de educación y de responsabilidad personal, y la apoya a través de hospitales, escuelas, centros comunitarios y otros proyectos. Por lo que se refiere al aborto, la Iglesia católica enseña que la vida humana comienza a partir del momento de la concepción: se opone por tanto al aborto, pues niega el derecho a la vida del ser humano que no ha nacido todavía. Esto no quita el apoyo de la Iglesia al derecho humano fundamental de las mujeres a vivir en la dignidad y la seguridad.

La Unión Europea no tiene poderes o responsabilidades en materia de aborto o de otras cuestiones ligadas a la distribución de servicios en materia de salud sexual y reproductiva. Estas cuestiones siguen siendo competencia exclusiva de los Estados miembros, como lo ha confirmado David Byrne, comisario europeo responsable de la salud y de la protección de los consumidores, durante el debate sobre este informe en el Parlamento el 2 de julio. Si bien este principio es reconocido en el primer párrafo, es contradicho por el resto del informe. Es lamentable e inapropiado que el Parlamento trate de influenciar las políticas no sólo de los Estados miembros, sino incluso de los países candidatos a la adhesión en un campo en el que no tiene ninguna responsabilidad.

Este informe no cambiará la legislación o las políticas de la Unión Europea, de sus Estados miembros o de los países candidatos a la adhesión. Sin embargo, tememos que este informe transmita dos mensajes que sólo pueden servir para desacreditar al Parlamento. Por una parte, puede dar la impresión de que el Parlamento trate de imponer a los Estados miembros y a los países candidatos el apoyo a políticas sobre las que tienen un derecho exclusivo democrático de decisión. Por otra, va a reforzar las sospechas, según las cuales, el Parlamento no tiene nada más urgente que hacer que producir informes sobre cuestiones ajenas a su competencia. Esperamos que estos mensajes no sean correctos, ahora bien la adopción de este informe no alienta la confianza de los ciudadanos en el proceso democrático de decisión de la Unión Europea.

Son cuestiones éticas complejas y sensibles que merecen ser tratadas con seriedad y con respeto al nivel apropiado. Dado que este informe ha sido redactado basándose en una iniciativa propia de la Comisión de derechos de la mujer e igualdad de oportunidades del Parlamento Europeo sin hacer referencia a una proposición legislativa específica ni a una aplicación práctica de los servicios de salud en materia de los derechos sexuales y reproductivos en un contexto local, sus conclusiones tienen inevitablemente un carácter ideológico. Por el contrario, nos gustaría subrayar que el lenguaje y el comportamiento abusivos y ofensivos, utilizado las dos partes en el debate, sólo sirven para desgarrar la causa de quienes los utilizan. Creemos en particular que quienes dicen luchar por el derecho a la vida deberían tratar a sus semejantes con respeto.

[Traducción al castellano realizada por Zenit]

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ZENIT Staff

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