Los primeros cinco años de Benedicto XVI

“Un humilde trabajador de la viña del Señor”

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes 19 de abril de 2010 (ZENIT.org) “Después del gran papa Juan Pablo II los señores cardenales me han elegido a mí. Un sencillo y un humilde servidor de la viña del Señor”, fueron las primeras palabras del entonces recién electo Pontífice Benedicto XVI cuando a las 18 horas en Roma, la Capilla Sixtina dejó ver la fumata blanca para que el cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estevez pronunciara las dos palabras más esperadas en ese entonces por la opinión pública: “Habeamus papam”.

Era el tercer cónclave en el que participaba Joseph Ratzinger, quien fue elevado a cardenal por Pablo VI en 1977. Durante 24 años sirvió como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Este gran humanista tiene el record entre todos los pontífices de quien más libros ha escrito antes de subir al solio de Pedro: Son 142 las obras publicadas que presentan su rica teología y espiritualidad, caracterizada por explicar en un lenguaje muy sencillo los grandes misterios de la fe que pueden ser entendidos en un interesante diálogo con la luz natural de la razón.

Con rasgos profundamente humanos, a Benedicto XVI le gustan los gatos, toca piano y su autor favorito es Mozart. Sus padres se llamaban José y María. Es hermano del también sacerdote George Ratzinger. Juntos recibieron el sacramento del orden en 1951.

Sus enseñanzas

Después de haber terminado el tema de los salmos, que el papa Juan Pablo II había iniciado en la catequesis de los miércoles, Benedicto XVI comenzó a hablar sobre un tema que para él siempre ha sido fundamental: la tradición del cristianismo y el pensamiento de los primeros siglos. Por ello dedicó varias de las audiencias a hablar de cada uno de los apóstoles, de acuerdo las Sagradas Escrituras y la tradición. Luego ha querido profundizar en los padres de la Iglesia, dejando ver cuán actual es su pensamiento.

Ha instituido dos años temáticos para resaltar algunos personajes y aspectos particulares del cristianismo: el año Paulino para conmemorar los dos mil años del nacimiento de San Pablo. Su inauguración y su clausura se dieron en la basílica San Pablo Extramuros, donde, según la tradición, yacen los restos del Apóstol de Gentes. También dedicó varias de sus catequesis a este importante apóstol que se convirtió al cristianismo luego de haber perseguido a la Iglesia.

Igualmente ha querido dedicar un año a los sacerdotes, el cual se clausurará el próximo mes de junio. De esta manera, el Papa ha querido conmemorar los 150 años de muerte de San Juan María Vianney, o Santo Cura de Ars, patrono de los párrocos.

En su pontificado escribió el libro Jesús de Nazaret en calidad de teólogo, no de Papa. En su obra deja ver a la persona de Jesucristo como hijo de Dios, totalmente obediente al Padre sin perder un solo rasgo de su humanidad. Se espera para finales de este año la publicación de la segunda parte de esta importante obra cristológica.

Tres encíclicas han dejado ver su increíble talento intelectual al servicio de la fe: Deus caritas est (febrero de 2006) dividida en dos partes: en la primera recuerda algunos puntos esenciales sobre el amor de Dios, quien “de manera misteriosa y gratuita, ofrece al hombre y, a la vez, la relación intrínseca de dicho amor con la realidad del amor humano”, dice. La segunda parte de este texto busca llevar a lo concreto ese amor al prójimo.

Luego está la encíclica Spe salvi, (noviembre de 2007) en la que asegura que gracias a la esperanza el hombre puede afrontar el presente por más fatigoso que pueda ser. Exhorta a los hombres a que tengan siempre su meta en lo eterno.

Y la Caritas in veritate, (julio de 2009), que habla sobre la caridad cristiana basada siempre en la verdad, lo que llevará al verdadero desarrollo. Benedicto XVI quiso así rendirle un homenaje a su predecesor Pablo VI y a la encíclica Populorum Progressio, publicada en 1967.

Canonizaciones

En estos cinco años de pontificado Benedicto XVI ha proclamado 516 beatos. Gracias a una propuesta del prefecto emérito de la Congregación para la Causa de los Santos, cardenal José Saraiva las beatificaciones se han comenzado a celebrar en la diócesis del nuevo beato y son presididas por arzobispo en representación del Papa. En general las ceremonias son presididas por monseñor Angelo Amato, prefecto de este dicasterio vaticano.

Bajo su pontificado se realizó la ceremonia de beatificación más numerosa de toda la historia. En octubre de 2007 fueron elevados a los altares 498 mártires que murieron en la Guerra Civil Española. La ceremonia fue presidida por el cardenal Saraiva. Entre otros beatos aprobados por este Papa están Luis Martin y Celia Guerin, los papás de Santa Teresita del Niño Jesús.

Benedicto XVI ha canonizado 28 nuevos santos. Entre ellos el sacerdote belga Damian de Veuster, (1840-1889) llamado el Apóstol de los Leprosos, quien a los 33 años viajó a la isla de de Molokai, ubicada en el archipiélago de Hawaii, para cuidar física y espiritualmente a los leprosos que eran aislados en aquel lugar. En octubre canonizará la primera australiana: se trata de la madre Mary Mackillop (1842 – 1909), cofundadora de las Religiosas de San José, sierva de los pobres y analfabetos, quien realizó en su país una extraordinaria obra educativa en su país.

Hechos sin precedentes

Algunas publicaciones y pronunciamientos de Benedicto XVI han hecho historia: Anglicanorum coetibus publicada en noviembre de 2009. Por primera vez en la historia de la Iglesia un pontífice instituye ordinariatos personales para permitir a un grupo de otro credo entrar en plena comunión con la Iglesia Católica. Así ocurrirá con los cerca de 500 mil anglicanos que por algunas cuestiones como el sacerdocio y episcopado femenino y la admisión a este ministerio a personas homosexuales, han pedido la comunión con la fe católica.

Durante su pontificado ha visitado tres sinagogas en las ciudades de Colonia, Nueva York y Roma. También ha visitado tres mezquitas: La mezquita azul de Estambul (2006), la mezquita Hussein en Amann, 2009 la mezquita de la Roca en Jerusalén 2009. Así mismo tuvo un encuentro con la comunidad islámica de Roma al concluir el foro católico – musulmán que se realizó en la capital italiana en noviembre de 2008.

Otra publicación sin precedentes es la carta pastoral a los católicos de Irlanda debido a los casos de abuso sexual a menores que han sido denunciados en este país. Este documento es el fruto de una reunión que tuvo el Pontífice con los obispos irlandeses para examinar estos casos, sus causas, proponer una penitencia en las diócesis y plantear algunas medidas para que estos hechos no se repitan.

Peregrino

Su primer viaje fuera de Italia fue a su país natal Alemania, donde presidió la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia, cuya reflexión se centró en los Reyes Magos de oriente que fueron a Belén a adorar a Jesús.

En mayo de 2006 viajó a Polonia donde oró frente al campo de concentración de Auschwitz: “este silencio se transforma en petición de perdón y reconciliación, hecha en voz alta, un grito al Dios vivo para que no vuelva a permitir jamás algo semejante”, dijo en su discurso.

En julio de 2006 participó en Valencia – España del Encuentro Mundial de las Familias y en septiembre del mismo año regresó a su país para visitar las ciudades de Munich, Altötting y Ratisbona. Viajó a Turquía en diciembre siguiente para encontrarse con el Patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé I, donde se firmó  una declaración común con el Patriarca.

Su primer viaje a Latinoamérica fue a Brasil en mayo de 2007, donde inauguró la V Conferencia general del Episcopado latinoamericano y del Caribe en Aparecida. En septiembre del mismo año viajó a Austria para
celebrar los 850 años de la fundación del Santuario de Mariazell.

Viajó a Estados Unidos en abril de 2008 con el fin de celebrar los 200 años de la archidiócesis metropolitana de Baltimore, hecho que trajo el nacimiento de cuatro diócesis más: Nueva York, Filadelfia, Boston y Louisville. Fue una visita que propició también un encuentro interreligioso con los judíos y un encuentro con las diferentes denominaciones cristianas de este país.

En su viaje a Sydney – Australia, en julio de 2008, celebró la Jornada Mundial de la Juventud. Allí decenas de miles de jóvenes, muchos provenientes de diócesis de Asia y Oceanía, se reunieron para meditar en el tema central de este evento: recibir la fuerza del Espíritu Santo para ser testigos de Cristo. En septiembre del mismo año viajó a Francia para conmemorar los 150 años de las apariciones de la virgen de Lourdes.

En marzo de 2009 viajó a África donde entregó el Insturmentum laboris del sínodo que se realizó sobre la iglesia en este continente.

En mayo del mismo año viajó a Tierra Santa donde quiso realizar una peregrinación a los manantiales de la fe. Quiso también visitar y dar una voz de aliento a la Iglesia en este país.

En septiembre de 2009 viajó a República Checa donde visitó la imagen del Niño Jesús de Praga en la capital de este país y recordó la figura de San Wenceslao, duque de Bohemia y martir de este país en el siglo VIII.

Su último viaje fuera de Italia ha sido a la pequeña república de Malta para celebrar los 1950 años de los naufragios de San Pablo “Del naufragio, surgió para Malta la suerte de tener la fe; de este modo podemos pensar también nosotros que los naufragios de la vida forman parte del proyecto de Dios para nosotros y pueden ser útiles para nuevos inicios de nuestra vida”, respondió a los periodistas.

Un lustro en el que Benedicto XVI ha sabido imprimir a la Iglesia sus mejores cualidades como persona: inteligencia, sensibilidad, humanismo, firmeza y disciplina. “Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones”, dijo hoy hace cinco años al ser elegido.

“En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda continua, sigamos adelante. El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado”, concluyó.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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