Los ritos orientales reunidos en la misa de sufragio por Juan Pablo II

El patriarca libanés reconoce el diálogo promovido por el Papa con el mundo árabe

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 15 abril 2005 (ZENIT.org).- El patriarca de Antioquía de los Maronitas, el cardenal libanés Pierre Nasrallah Sfeir, presidió este jueves a las 17,00 horas, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, la misa de réquiem por Juan Pablo II, en el séptimo día de los novendiales, que reunió a las Iglesias católicas orientales.

La memoria de Juan Pablo II provocó este excepcional acontecimiento litúrgico que reunió además en torno al altar de la Confesión al cardenal Ignace Moussa I Daoud, patriarca emérito de Antioquía de los Sirios, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y al cardenal Lubomyr Husar, arzobispo mayor de Lviv (Leopoli) de los ucranianos.

Junto a ellos se encontraban dos cardenales indios Varkey Vithayathil, C.SS.R, arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly, de rito siromalabar, y el arzobispo mayor de Trivandrum, Cyril Baselios Malancharuvil, O.I.C., de rito malankar.

Oraciones de los fieles se pronunciaron en malayalam, idioma del estado indio de Kerala, en el que los católicos son muy numerosos.

Participaban también en la celebración obispos y prelados de iglesias orientales católicas presentes en Roma.

La celebración estuvo animada por el coro de religiosos y religiosas maronitas, así como por coros de los colegios pontificios ucraniano y rumano en Roma.

La bóveda de San Pedro hizo eco al árabe, uno de los idiomas utilizados, así como a las mandolinas y violines, al ritmo del humilde triángulo.

El cardenal Sfeir concluyó su homilía invitando a la oración para que la «santidad», de la que «nuestro inolvidable Juan Pablo II» «goza ya en el cielo» pueda ser «reconocida en la tierra».

El patriarca maronita agradeció a Juan Pablo II el que nombrara al cardenal sirio Daoud como prefecto de una congregación romana.

Reconoció además su servicio por la unidad de la Iglesia, de oriente y de occidente, por la unidad de los cristianos, y por el diálogo entre religiones, en particular con el mundo «árabe» y «musulmán».

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ZENIT Staff

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