Los teleobjetivos muestran en Estados Unidos el auténtico rostro de Benedicto XVI

El país ha vivido una cobertura mediática sin precedentes con el viaje apostólico

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CIUDAD DEL VATICANO/BOSTON, martes, 22 abril 2008 (ZENIT.org).- En un viaje apostólico, en que cada gesto o expresión se captura y transmite en todo el mundo, las imágenes de Benedicto XVI en los Estados Unidos «han suprimido la caricatura del severo custodio de la disciplina, del profesor cerebral, y han revelado el rostro del sacerdote y del pastor compasivo, del humilde sucesor de Pedro».

Así lo constata un análisis sobre la cobertura mediática del reciente viaje del Santo Padre; firmado por el padre Robert Imbelli, profesor de Teología del Boston College (Massachusetts), el periódico de la Santa Sede «L’Osservatore Romano» lo publica en portada –edición diaria en italiano fechada el 23 de abril, de publicación vespertina- .

«El mensaje del Papa se ha transmitido con las palabras y, aún más importante, con imágenes extraordinarias en una época que es particularmente sensible a ellas», señala el sacerdote, y apunta la publicación diaria en primera página en los periódicos, sobre todo en Washington, Nueva York y Boston, de fotografías del Santo Padre –algunas de «notable calidad artística»–, y el seguimiento continuo de cada acontecimiento del viaje apostólico por no menos de tres redes de televisión.

En opinión del analista, ha habido momentos especialmente expresivos que han influido decisivamente «en el corazón y en la mente del pueblo americano», como son las imágenes del encuentro con los niños discapacitados, en la capilla del seminario de la archidiócesis de Nueva York.

«El Pontífice se detuvo ante cada uno, le abrazó y le bendijo. Las tomas televisivas se detuvieron amablemente en esta escena de inmensa ternura» que ha «tenido un enorme eco en la Iglesia en los Estados Unidos donde, para nuestra gran vergüenza, algunos niños han sufrido abusos por parte de sacerdotes y religiosos», apunta el padre Imbelli; «aquí, en cambio, a imitación del Buen Pastor, el Papa ha bendecido a los pequeños y ha reafirmado su dignidad».

«Extraordinariamente conmovedora» ha sido también la imagen del Papa que ora en la Zona Cero y después saluda solícitamente a los supervivientes y familiares de las víctimas del 11-S.

«Contemplando esas imágenes fue difícil contener lágrimas con el recuerdo de la terrible destrucción de ese día de violencia –admite–. Pero también estaba claro que el Papa, con su presencia y su solicitud, promovió un proceso de sanación, también en el dolor y en la pérdida».

Otro momento de fuerte contenido gráfico fue la visita de Benedicto XVI a la sinagoga neoyorquina de Park East para felicitar la Pascua judía. «La imagen del Papa y del Rabino de la sinagoga intercambiándose presentes ha reconfirmado el compromiso de la Iglesia católica en un diálogo inspirado en la «Nostra aetate» del Concilio Vaticano II con mayor eficacia que cuanto las palabras pueden hacer», reconoce el profesor del Boston College.

«El «New York Times» publicó en espacio preferente en primera página la foto del Papa y del Rabino, que después se difundió en toda la nación. Jamás se podrá subrayar lo bastante la buena voluntad transmitida con esta imagen», observa.

Hace asimismo hincapié en la importancia de la evocadora imagen -si bien «paradójica», porque no se ha podido ver– «del encuentro lleno de gracia entre el Papa y las víctimas de los abusos sexuales por parte de algunos sacerdotes».

Tres de estas víctimas que se reunieron con el Papa «se expresaron de modo conmovedor» sobre ese momento, «sobre la solicitud del Papa por ellas y sobre el dolor que le ha arrollado por los sufrimientos que padecieron», un relato que ha impactado, según el padre Imbelli, en la opinión pública americana.

«Ha sido como si este gesto extraordinario hubiera dado luz verde a una oleada de aprecio y simpatía por un hombre que había llegado aquí no sólo como Sumo Pontífice y maestro autorizado, sino también, y sobre todo, como Pastor compasivo de su pueblo –explica–. Ningún aspecto de la visita papal se ha comentado más en los medios de comunicación social que este encuentro con las víctimas de los abusos, basado en la oración y en el apoyo».

<p>El último conjunto de imágenes al que se refiere el sacerdote es el de las liturgias celebradas por Benedicto XVI.

«Cada gesto y cada expresión del rostro se capturaron por las telecámaras y se transmitieron en millones de hogares», recuerda.

Así que también lo fue «el comportamiento del Papa» en la liturgia, «su atención a las lecturas de las Sagradas Escrituras, su actitud reverencial en la oración», todo ello plasmado en «maravillosas imágenes» cuyo efecto define como «mistagógico».

Y es que «el Papa está claramente orientado al Señor y encarna en su persona el mensaje que lleva: Cristo es nuestra esperanza», sintetiza el padre Imbelli, aludiendo al lema de este viaje apostólico.

Por Marta Lago

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ZENIT Staff

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