Los valores morales son los «amigos más fiables», aunque exigentes, de una empresa

Afirma el cardenal Martino, presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz

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LISBOA, lunes, 29 mayo 2006 (ZENIT.org).- El cardenal Raffaele Martino afirmó que los valores morales son los «amigos más fiables» de la economía, al intervenir en el XXII Congreso Mundial de la Unión Cristiana Internacional de Dirigentes de Empresa (UNIAPAC), que se ha celebrado del 25 al 27 de mayo en Lisboa.

En el encuentro « Reforzar a los líderes empresariales para servir al la humanidad en el mundo moderno», el presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz aclaró que la Iglesia no es enemiga del beneficio, ni de la empresa.

Ante cientos de empresarios cristianos de distintos países, el presidente del dicasterio vaticano subrayó que «la ética no es un vínculo para la empresa sino una oportunidad que cualifica su eficiencia y sus objetivos».

«Los valores morales, como la responsabilidad, la solidaridad, la justicia, el cuidado del medio ambiente, el respeto de los derechos humanos, no son enemigos de la actividad económica sino sus amigos más fiables, aunque muy exigentes», afirmó.

El cardenal Martino invitó a los empresarios cristianos a considerar «la empresa y el beneficio en una perspectiva ético-cultural que no se cualifica sólo por los aspectos materiales».

«Empresa y beneficio –subrayó– remiten a un contexto antropológico que trasciende a ambos y les confiere un sentido preciso: la centralidad y totalidad de la persona, es decir del primado del trabajo sobre el capital».

«Quien hace la empresa –puntualizó el purpurado– no son sólo las máquinas, los recursos materiales o las estructuras sino sobre todo los hombres. Son las cualidades personales, las virtudes morales como el valor, la fortaleza, el talante emprendedor, la fiabilidad y la prudencia».

En cuanto al subdesarrollo que aflige al sur del mundo, el cardenal Martino explicó que «depende del aislamiento de los países más pobres del mercado mundial» y, por eso, reiteró que «la solución del problema del subdesarrollo no se basa en el proteccionismo y en las cerrazones», sino que por el contrario «hay que ayudar a los hombres a adquirir conocimientos, a entrar en el circuito de las interconexiones, a desarrollar sus actitudes para valorizar los mejor posible capacidades y recursos».

El purpurado dijo que es un error concebir «las ayudas económicas a las empresas de estos países sólo bajo la forma de préstamos o transferencia de tecnologías obsoletas y no como participación en el riesgo y, por tanto, como exportación de “know how” empresarial al sur del mundo».

«Las virtudes cívicas, el mantenimiento de los vínculos familiares, los lazos de reciprocidad, la buena administración de las instituciones y los vínculos religiosos –según el presidente de Justicia y Paz– producen efectos incluso económicos de notable entidad dentro y fuera de la empresa».

La dimensión social, ética e incluso la dimensión religiosa, están estrechamente conectadas a la economía, la empresa y el beneficio.

Concluyendo, el cardenal Martino afirmó que «no existe en la doctrina social de la Iglesia la idea de una economía originalmente malvada a la que hay que embridar, como una bestia feroz a la que hay que amansar con las riendas de la ética».

«Los costes económicos son cada vez más costes humanos –afirmó–. Los costes humanos tienen siempre una repercusión económica. Cuanto más virtuosa es la economía, más humano se hace el contexto. Cuanto más promueve a la persona el contexto, la economía encuentra más viento para sus propias velas».

UNIAPAC reúne a más de 26 asociaciones de empresarios cristianos de diferentes países con más de 35.000 miembros.

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ZENIT Staff

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