Los vietnamitas católicos de la diáspora, llamados a ser testigos de la fe

El cardenal Sepe cierra el gran encuentro celebrado en Roma

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CIUDAD DEL VATICANO, 31 julio 2003 (ZENIT.org).- «Hoy el Señor os invita a proclamar el Evangelio en todos los lugares donde habéis elegido vivir», afirmó el domingo pasado el cardenal Crescenzio Sepe ante tres mil católicos vietnamitas de la diáspora –procedentes de 18 países– reunidos en una solemne Eucaristía en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

Fue el momento culminante y conclusivo del encuentro de fe –el primero a nivel mundial organizado después de la diáspora– que comenzó el jueves 24 de julio, según explica Fides.

Promovido por la Oficina de coordinación para la pastoral de los vietnamitas de la diáspora –instituido en la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y dirigida por monseñor Dinh Duc Dao–, la reunión ha tenido como tema «Unidos para vivir y proclamar el Evangelio».

El encuentro, celebrado en la Universidad Pontificia Urbaniana, ha sido preparado durante dos años con la visita de la imagen de la Virgen de La Vang –patrona de Vietnam– a las comunidades exiliadas en cuatro continentes. Además, festeja los 470 años del inicio de evangelización del país.

Durante la Eucaristía presidida por el cardenal Sepe –prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos—, el purpurado invitó a los participantes a dejar que resuene en el corazón las palabras que Jesús dirige a Pedro y a los apóstoles «Duc in altum! –¡Remad mar adentro!–».

«Pedro y sus primeros compañeros se fiaron de Jesús, echaron las redes y pescaron una gran cantidad de peces –recordó el purpurado en su homilía–. Esa misma invitación vale también para nosotros, como nos ha enseñado el Papa, que nos exhorta a no olvidar el pasado, a vivir con alegría el presente y a abrirnos con confianza al futuro».

Actualmente los vietnamitas que viven en la diáspora son mas de 2 millones. De ellos, 500.000 son católicos, entre los cuales hay un millar de sacerdotes y otro millar de religiosos, religiosas y seminaristas.

«Vosotros habéis venido de numerosas partes del mundo como peregrinos de fe», dijo el cardenal Sepe. «A pesar de muchas pruebas –constató–, habéis sabido conservar fuerte y vigorosa la fe que os fue entregada por vuestros padres».

Remitiéndose al patrimonio de fe de la comunidad vietnamita, el cardenal Sepe trajo a la memoria el heroico testimonio del cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân, fallecido el 16 de septiembre del año pasado tras una vida de auténtico «buen pastor» entregado por sus «ovejas».

El cardenal Van Thuân fue un modelo ejemplar de fidelidad sacerdotal y celo apostólico. Afrontó un duro encarcelamiento –durante trece años— con la fuerza de una fe alimentada constantemente por la oración y la Eucaristía.

«Él es uno de los padres de vuestra fe católica –afirmó el cardenal Sepe–. Su testimonio conmovió a la Iglesia universal y es motivo de orgullo de vuestra Iglesia. Él amó a Jesús, a su Iglesia y a su nación en grado eminente. (…) A él podéis dirigiros como intercesor de la Iglesia vietnamita».

La concelebración eucarística concluyó con el solemne mandato misionero que el cardenal Sepe confió a los representantes de la comunidad en los distintos continentes: «Recibid la Cruz y el Libro de la Palabra de Vida –dijo entregándoles el Crucifijo y el Evangelio–. La Iglesia te envía para ir por todo el mundo anunciando la Palabra de Dios a todas las gentes para que se salven».

Según el Anuario Estadístico de la Iglesia en 2001, de los 80 millones de habitantes del país, 5.412.000 eran católicos. La mayoría de la población es budista o profesa otras religiones tradicionales.

En el año 2001, en Vietnam había 37 obispos, 2.027 sacerdotes diocesanos, 474 sacerdotes religiosos, 1.487 religiosos no sacerdotes, 9.548 religiosas, 305 mujeres laicas consagradas y 49.862 catequistas. Después de Filipinas, Timor Oriental y Corea del Sur, es el país del sudeste asiático con el porcentaje más elevado de católicos.

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ZENIT Staff

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